TORREMOCHA

Habitantes: 322  Altitud: 710 m. 
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Situación:

Localidad situada al norte de Madrid, lindando con la vecina Guadalajara. En el llano, rodeada de cereal, viñedos y olivares y salpicada por las huertas que riega el Jarama, se encuentra Torremocha. Mocha por orden de Isabel la Católica. Torre, por el que parece que fue su primer asentamiento histórico, haciendo referencia al castillejo a orillas del río, en la red de atalayas que avizoraban el Jarama.
La fértil vega del Jarama acoge huertas de regadío y sus márgenes poseen un gran interés paisajístico por el bello arbolado de ribera.

Ayuntamiento:

Plaza. Tercia, 1 - Tel: 91 843 00 19

Monumentos:

- Iglesia Parroquial de San Pedro Apóstol. Fue construida en el siglo XVI, aprovechando otro templo románico y una atalaya que hace las veces de torre campanario. Un atrio porticado renacentista, con arcos carpaneles, envuelve el templo por dos de sus costados. Destaca la escalera de subida a la torre, con esgrafiado del siglo XVI, y son muy interesantes las pinturas góticas del ábside, datadas en el siglo XIV, con pantocrátor y galería de santos. En la sacristía una pintura barroca del siglo XIII (La divina pastora) y otra del siglo XVII representando a Cristo atado a la columna. Una decoración geométrica mudéjar envuelve el conjunto.

Fiestas:

- San Isidro. Que sustituyó a las fiestas patronales de San Pedro y Santa Águeda. Se celebra con actos religiosos, actividades y exhibiciones deportivas, exposiciones, mercado medieval, pasacalles, actuaciones musicales, fuegos artificiales y juegos infantiles.

- En julio se celebra la romería de Santiago.

- Virgen de los Dolores. Se celebra a mediados de septiembre con actos religiosos, chocolatada y actuaciones musicales.

Costumbres:

Todavía se realiza el rito de la matanza en noviembre y el pisado de la uva por septiembre.

Historia:

El origen del topónimo parece encontrarse en las torres que pespunteaban las tierras que baña el río Jarama, cuyo acceso habrían de defender y que fueron desmochadas en su mayoría por orden de los Reyes Católicos, siguiendo la pauta empleada para todas aquellas que se encontraban en las zonas comprendidas entre las provincias de Madrid, Guadalajara y Soria, con el objeto de defender las pretensiones de los concejos o de los señores feudales.

El primer asentamiento humano constatado en las tierras de Torremocha se encontraría en lo que hoy se conoce como despoblado de Torritón o Torreotón, junto al río Jarama. La fundación parece tener su origen en tiempos romanos. Se sabe que allí se construyó una Iglesia dedicada a San Andrés Apóstol, cuyo culto e imagen se trasladaron, al ser abandonada, a la parroquial de Torremocha. No se sabe cuándo ocurrió el despoblamiento.

En la época de transición entre la Alta y la Baja Edad Media se debió ir configurando el embrión del pueblo de Torremocha, por vecinos llegados de la tierra de Uceda y Torrelaguna con el fin de explotar sus fértiles tierras. Pero todavía a finales del siglo XVIII los dueños de una gran parte del territorio residían en las villas limítrofes. El pueblo no era más que un puñado de casas aisladas, gravitando en torno a una ermita nacida junto al primitivo torreón de la fortaleza.

Cuando en el siglo XIV Torrelaguna se eximió de Uceda, Torremocha siguió siendo una aldea suya, pero ya tenía constituido su propio Concejo. Desde entonces aumentó su población e importancia. En 1556, la ermita se convirtió en la Parroquia de San Pedro Apóstol.

Durante los siglos siguientes y hasta el XIX, en el que se realizó la delimitación definitiva de su término municipal, Torremocha fue objeto de una pugna continua por la jurisdicción sobre sus tierras y pasó alternativamente del dominio de una a otra, aunque con una situación privilegiada respecto a otras aldeas porque tenía su propia autoridad. En 1812, se independizó de la jurisdicción del Ducado de Uceda y en 1943 se realizó la conformación definitiva de los territorios municipales. En esta época el pueblo contaba con 288 habitantes.

Los pobladores de Torremocha sufrieron daños considerables en su medio de vida con motivo de las obras de abastecimiento a Madrid a partir del cauce del Lozoya y la consiguiente construcción del Canal de Isabel II. Éste privó del riego a numerosos terrenos y las demandas que los vecinos plantearon a la Administración durante muchos años nunca se vieron satisfechas. A cambio, las obras fueron una fuente de trabajo para muchos vecinos durante años y mejoró el abastecimiento de agua potable a la Villa.

Las formas de vida no se diferenciaban mucho de las de siglos anteriores: tierra de regadío en la vega del Jarama, produciendo hortalizas y frutales; tierras de secano con cereales y legumbres, viñas, olivares, alamedas, dehesas y sotos; explotación de colmenas y ganadería lanar, cabría y de cerda. A finales de siglo vivían allí 200 personas y el núcleo ya estaba configurado de forma muy similar a la actual.

Al mismo tiempo que la población del vecino Patones se fue trasladando al núcleo de Patones de Abajo, en Torremocha se fue configurando el barrio de La Cerrada, que aunque localizado en este municipio, está más próximo y tiene mayores afinidades con Patones.

Entre la posguerra y los años 70 del siglo XX, la población descendió de forma significativa. La fisionomía siguió siendo rural: Tierras regadas ya por el Canal de Isabel II, caza y pesca como complemento económico. Un molino, una fábrica de harina y electricidad, a pleno rendimiento y aglutinando en su entorno a una población de 49 habitantes.

Turismo:

Torremocha mantiene un interesante equilibrio entre lo nuevo y lo viejo. Por ello abundan las viviendas tradicionales de mampostería y adobe con cubiertas de teja árabe. También se advierte un empeño en recuperar el pozo artesiano de la plaza de San Isidro, la noria o la atención a actividades artesanales, como el trenzado de mimbre y fibra vegetal o la talla de madera.
Rodeado de una importante colección de viejos carros y carretas, en el Centro Artesanal Torrearte, se encuentra el Museo de la Agricultura, que propone un viaje al pasado, no tan lejano, a través de los aperos y útiles que se empleaban en las labores del campo. Para ello se ha reunido un extraordinario conjunto de trillos, arados, máquinas, yuntas, etc., abarcando un largo y entretenido muestrario de cómo se trabajaba cuando la agricultura era la base económica del país.
Fuera del núcleo, a tres kilómetros, se encuentra la Casa de Oficios, levantada a finales del siglo XVIII por el conde de Cabarrús para llevar la administración de sus propiedades en la vega del Jarama.
En las proximidades de Torremocha de Jarama, tomando la dirección de Uceda, se encuentra el Canal de Cabarrús, que proviene del Pontón de la Oliva. Fue construido entre 1767 y 1798 por el Conde de Cabarrús, que sirvió para lograr una vega de gran fertilidad. En este transcurso se encuentran los puentes de la Fábrica, Majuelos y la Cañada, y las casa de la Fábrica, la Cañada, la Orteguilla y la Juncada, todo ello relacionado con la contrición del canal.