SAN ISIDRO: TEMPLO SAGRADO...

TEMPLO SAGRADO

La luz del sol como si nunca
hubiera lucido más en ningún lugar,
formando deliciosas sombras con
centenarios árboles que hacen
este jardín del Real Cortijo.

A sus pies el agua va cantando,
a la vez que conducido por sus
canales debidamente distribuidos
que suministran la vida a cuanta vida
allí acumulada existe.

Las adelfas entregadas al concurso
de la más hermosa y elegante,
los pinos queriendo ser los más esbeltos,
miran desde lo alto a los cinamomos
ahora pletóricos.

El ligustrum formando seto
va delimitando partes diferenciadas,
las robinias dejaron la flor pero
siguen aportando su belleza al conjunto.
Y así otras especies como el castaño,
el plátano, etc.

Estamos en julio, a primeras horas de la mañana,
la exaltación interior se enciende
como una adoración del mundo ideal,
suscitada por este sublime efecto
en verdes ilusiones de la vida
conciliadas con la calma, la paz,
la vivacidad de las plantas y su sencillez
que hacen de molde al alma
terminando por triunfar.

En la vida humana existe una aspiración del
alma que necesita beber de otras almas
para asimilarlas y restituirlas.

Por eso se nos brindan estos paraísos
como una galería de la manifestación divina
que debe atesorarse con la actividad humana
y los prodigios de la artesanía,
que terminan haciéndolo como algo sagrado,
como un templo en el que las generaciones
vayan entrando respetuosamente.