SOÑABA CON MADRID
Aquel joven castellano, que desde niño soñaba con Madrid, era una ilusión que no lo tenía en olvido, a sus dieciséis años se subió en un tren y se vino a Madrid, No sabia lo dura que es una ciudad hasta que no la pisas con esa edad, trato de buscar trabajo, era el año de 1962, ya en el tren que venía a Madrid tuvo que hacer escondidas para librarse de la Guardia Civil, que vigilaba a las personas que iban en dicho tren, este joven nada más llegar a Príncipe Pio, se compró un mapa de la ciudad, y empezó a caminar sin saber dónde terminaría esa misma noche, el joven solo sin ninguna ayuda, anduvo como un barco sin timón, hasta que en un garaje del centro de la capital, un vigilante le dejo dormir sobre una lona, y por la mañana cuando el vigilante terminaba su trabajo, le invito a tomar café con churros, dándole información sobre trabajos espontáneos, pero que le podían salir bien sus cuentas, Este joven estuvo descargando camiones en la zona de Legazpi, y sacaba su sueldo para poder pagar una patrona en Lavapiés, sin dejar de mirar donde se podía abrir camino, y termino subiéndose en un camión de ayudante, para descargar y cargar mercancías, por todo el territorio nacional, Este joven paso muchas calamidades, aunque a su familia la escribía sin darle su remite, ya que cambio de domicilio varias veces, por fin al llegar a sus dieciocho años empezó a sacarse el carnet de conducir, llamado entonces de segunda categoría, y tuvo suerte ya que enseguida lo logró, y empezó su vida de conductor de furgonetas de reparto por toda la provincia de Madrid, luego la suerte le acompaño, siendo un profesional del volante, y circular con muy buenos automóviles, hasta llegar a su servicio militar, que tuvo que estar año y tres meses sin poder trabajar, para estar licenciado, su vuelta a Madrid era distinta, ya tenía referencias del trabajo, y pronto se inicio de nuevo en conducir automóviles y autocares, terminando de conductor en la empresa Municipal E. M. T. donde llegó a ser un jubilado agradecido a esta gran ciudad, que le vio llegar con muy poco dinero siendo un joven, eso si con las ilusiones a tope. G X Cantalapiedra.
Aquel joven castellano, que desde niño soñaba con Madrid, era una ilusión que no lo tenía en olvido, a sus dieciséis años se subió en un tren y se vino a Madrid, No sabia lo dura que es una ciudad hasta que no la pisas con esa edad, trato de buscar trabajo, era el año de 1962, ya en el tren que venía a Madrid tuvo que hacer escondidas para librarse de la Guardia Civil, que vigilaba a las personas que iban en dicho tren, este joven nada más llegar a Príncipe Pio, se compró un mapa de la ciudad, y empezó a caminar sin saber dónde terminaría esa misma noche, el joven solo sin ninguna ayuda, anduvo como un barco sin timón, hasta que en un garaje del centro de la capital, un vigilante le dejo dormir sobre una lona, y por la mañana cuando el vigilante terminaba su trabajo, le invito a tomar café con churros, dándole información sobre trabajos espontáneos, pero que le podían salir bien sus cuentas, Este joven estuvo descargando camiones en la zona de Legazpi, y sacaba su sueldo para poder pagar una patrona en Lavapiés, sin dejar de mirar donde se podía abrir camino, y termino subiéndose en un camión de ayudante, para descargar y cargar mercancías, por todo el territorio nacional, Este joven paso muchas calamidades, aunque a su familia la escribía sin darle su remite, ya que cambio de domicilio varias veces, por fin al llegar a sus dieciocho años empezó a sacarse el carnet de conducir, llamado entonces de segunda categoría, y tuvo suerte ya que enseguida lo logró, y empezó su vida de conductor de furgonetas de reparto por toda la provincia de Madrid, luego la suerte le acompaño, siendo un profesional del volante, y circular con muy buenos automóviles, hasta llegar a su servicio militar, que tuvo que estar año y tres meses sin poder trabajar, para estar licenciado, su vuelta a Madrid era distinta, ya tenía referencias del trabajo, y pronto se inicio de nuevo en conducir automóviles y autocares, terminando de conductor en la empresa Municipal E. M. T. donde llegó a ser un jubilado agradecido a esta gran ciudad, que le vio llegar con muy poco dinero siendo un joven, eso si con las ilusiones a tope. G X Cantalapiedra.
