Reina aunque no gobierna pero arbitra y modera.
Casi nada lo del ojo y lo llevaba en la mano:
dijo ya siendo incrédulo aquél viejo franciscano
que oyó aullar a Groucho solicitando: ¡más madera!
Ya Pedro Pacheco, alcalde,
desde el Jerez de la Frontera
no pronunció su frase en balde
y hoy la comprende cualquiera.
Cachondeo:
que estamos en carnavales
y cuando llegue la cuaresma
nos dirán ciertos vivales
que todo el campo es una era
de la que chupan desde zagales.
Y su enemigo el de tu oficio
y que se las tiene jurada,
si puede hará su jugada
alegando que es un sacrificio
el metérsela bien cuadrada.
Suenan tambores de guerra
junto a pínfanos y flautas
al lado de algunas gaitas
que revueltos con la berrea
del rebaño en general,
confirman:
Que el que no es puta cojea.
Y en esto está Baltasar
¡esa rutilante estrella!,
a la que quieren hacer mella
los de su mundo sideral;
voraces, cuales camellas
famélicas en su desierto
siempre árido e incierto.
Cachondeo:
Penélope teje y desteje
innúmeras telarañas
que aún a muchos engañan
porque tapa su tejemaneje.
Supremos y Constitucionales;
la perversión de un sistema
que está envuelto en la vorágine
donde prima el todo vale
y donde falta esa ciega que,
siendo máscara, tiene espada.
Salud.
Casi nada lo del ojo y lo llevaba en la mano:
dijo ya siendo incrédulo aquél viejo franciscano
que oyó aullar a Groucho solicitando: ¡más madera!
Ya Pedro Pacheco, alcalde,
desde el Jerez de la Frontera
no pronunció su frase en balde
y hoy la comprende cualquiera.
Cachondeo:
que estamos en carnavales
y cuando llegue la cuaresma
nos dirán ciertos vivales
que todo el campo es una era
de la que chupan desde zagales.
Y su enemigo el de tu oficio
y que se las tiene jurada,
si puede hará su jugada
alegando que es un sacrificio
el metérsela bien cuadrada.
Suenan tambores de guerra
junto a pínfanos y flautas
al lado de algunas gaitas
que revueltos con la berrea
del rebaño en general,
confirman:
Que el que no es puta cojea.
Y en esto está Baltasar
¡esa rutilante estrella!,
a la que quieren hacer mella
los de su mundo sideral;
voraces, cuales camellas
famélicas en su desierto
siempre árido e incierto.
Cachondeo:
Penélope teje y desteje
innúmeras telarañas
que aún a muchos engañan
porque tapa su tejemaneje.
Supremos y Constitucionales;
la perversión de un sistema
que está envuelto en la vorágine
donde prima el todo vale
y donde falta esa ciega que,
siendo máscara, tiene espada.
Salud.