Oro laminado, moldurado e inciso, perlas y zafiros engarzados, se trata de una obra del taller toledano realizado en la segunda mitad del siglo VII.
El conocido como Tesoro de Guarrazar está formado por un conjunto de coronas votivas, cruces y otros elementos de orfebrería que reyes y nobles ofrendaron a templos de la capital del reino visigodo de Toledo. Mostradas en grandes ocasiones litúrgicas, esta coronas y cruces de influencia bizantina, evidencian los vínculos del poder religioso y el regio. Uno de los labriegos que en 1858 hallaron el tesoro regaló a Isabel II varias alhajas: la cruz de Lucecio, las coronas del abad Teodosio y del rey Suintila, una esmeralda tallada con la Anunciación, fragmentos sueltos y varios zafiros y perlas. La reina decidió que se custodiaran en el Palacio Real de Madrid, de donde la corona de Suintila fue sustraída en 1921. El Museo Arqueológico Nacional de Madrid y el Musée National de Moyen Agê en París custodian el resto de las piezas del tesoro que han llegado hasta hoy.

(24 de Noviembre de 2023)