Adosada a la
parroquia de
San Andrés, la
Capilla de San Isidro tiene entidad propia; se construyó sobre una planta alargada (perpendicular a la parroquia), y cuenta con una
cúpula encamonada rematada con una linterna. A Pedro de la
Torre le siguieron en la construcción José de Villarreal, en 1657, y, más tarde, Juan de Lobera, quien remató las obras en 1669.