El interior es sencillo y diáfano, aunque con detalles de gran elegancia, como el
juego de ménsulas que sostiene la cornisa, las pilastras o las tribunas con forma de
balcón que asoman a la nave. El
altar mayor se decora con un
retablo neorrenacentista, presidido por un relieve representando a
san Martín de Tours y el mendigo, obra de Ricardo Bellver.