Sara, agótate conmigo, ya sabes.
Mira, este poemacho churricastroso, lo he escrito para que tu también lo leas si quieres.
En estos meses invernales
de nieves y de matanzas
aúllan rabiosos canes
allá por las lontananzas
de horizontes sombríos
que se adivinan tenebrosos.
Para ti son malos tiempos
y porque lo sabes, joven,
ves futuros herrumbrosos
con machos de cabra bravíos
que en tu casa entran y arrasan
con lo hasta ahora conseguido.
Uniformados como siempre
de foscos negros de sima,
a quienes les hablan mienten
con su monotonía cansina
tan sumamente restringente
que hasta a las burdas mentes dan grima.
Me agradaría haberte dejado
algo más de conocimiento
cual rico valor heredado
pero, a lo que veo presiento
que el futuro nunca atinan
quienes pretéritos fraguaron.
Así que te dejo esto
que sólo son malos augurios
y espero y deseo que presto
te escapes del tal tugurio
donde cándidos y honestos
te hemos metido tus ancestros.
Salud ... (ver texto completo)
Mira, este poemacho churricastroso, lo he escrito para que tu también lo leas si quieres.
En estos meses invernales
de nieves y de matanzas
aúllan rabiosos canes
allá por las lontananzas
de horizontes sombríos
que se adivinan tenebrosos.
Para ti son malos tiempos
y porque lo sabes, joven,
ves futuros herrumbrosos
con machos de cabra bravíos
que en tu casa entran y arrasan
con lo hasta ahora conseguido.
Uniformados como siempre
de foscos negros de sima,
a quienes les hablan mienten
con su monotonía cansina
tan sumamente restringente
que hasta a las burdas mentes dan grima.
Me agradaría haberte dejado
algo más de conocimiento
cual rico valor heredado
pero, a lo que veo presiento
que el futuro nunca atinan
quienes pretéritos fraguaron.
Así que te dejo esto
que sólo son malos augurios
y espero y deseo que presto
te escapes del tal tugurio
donde cándidos y honestos
te hemos metido tus ancestros.
Salud ... (ver texto completo)