Madre Teresa de Calcuta visita en Leganés una casa para personas sin hogar de las Misioneras de la Caridad, orden fundada por Teresa de Calcuta.
Fue en junio de 1980 cuando la Madre Teresa visitó Leganés, donde cuatro de sus hermanas iban a realizar su vida contemplativa, invitada por el cardenal Tarancón, la Madre Teresa aterrizaba en el aeropuerto de Barajas con la intención de fundar la primera de sus casas en España y concretamente en Leganés.
Nacida en Skopje (capital de Macedonia del Norte) en 1910, la Madre Teresa perdió a su padre cuando tenía ocho años, y su familia quedó sumida en la pobreza, lo que la acercó a la iglesia hasta que a los 12 años decidió hacerse monja. Antes de los 20 se mudó a Calcuta para ser maestra y allí fue testigo de la miseria causada por la hambruna de Bengala de 1943, quedando impactada por las decenas de cadáveres que quedaron tirados en las calles. Tres años más tarde afirmó que Jesús le habló en un tren y le ordenó dejar el convento y ayudar a los pobres por lo que, tras recibir permiso para iniciar su propia orden, creó las Misioneras de la Caridad.
Ataviada con un hábito sencillo de algodón blanco con un borde azul, comenzó a mostrar su compasión dirigiendo comedores de beneficencia, dispensarios, clínicas móviles, programas de asesoramiento para niños y familias y, finalmente, abriendo orfanatos y escuelas por todo el mundo.
En 1979 ganó el Premio Nobel de la Paz.
La religiosa, cuyos padres eran albaneses, nació en Macedonia y murió en 1997 a los 87 años.

La Madre Teresa ha tenía un secreto: La Caridad con mayúsculas, esa que abraza a cada ser humano con un amor sólo digno de ese nombre, el amor a toda persona, y en cada tramo, desde el no nacido hasta el anciano terminal, desde una princesa confusa hasta el paria sin patria ni hogar, desde el creyente que sigue su fe hasta el perdido que la busca a tientas. Esa mujer, de estructura pequeña y tan grande a la vez, que puso su vida al servicio de los demás y que dejó un legado para la historia, transparente...