Si mi corazón no me engaña una parte de mi infancia se acerca a mí.
Los que compartieron alegrías y pupitres, castigos y felicitaciones, patios y pasillos; los que subieron incansables las escaleras a mi lado; mis amigos; mis compis; los que ahora me "ajuntaban" y ahora no; los que respetaban al profe con la misma intensidad que yo; los que eran mi mundo; los que creí perdidos... regresan.
Como un respiro ante las desazones de la vida; como el alivio de las pérdidas; como las ilusiones genuinas de la niñez.
Y yo, que no soy de patrias ni banderas, siento que con vosotros he vuelto a casa.

JJC

(4 de Agosto de 2019)

Cuando tenía veintiún años
oí a un sabio decir:
Regala coronas, euros, libras,
pero nunca tu corazón.

Regala perlas y rubíes, pero
mantén en libertad tus fantasías.
Tenía veintiún años
y era inútil aconsejarme.
...
“La INFANCIA”, no hay nada más puro y transparente que el alma de un niñ@
y por eso debemos respetar su inocencia, seguir sus códigos,
ser cómplices de sus fantasías y juegos, escuchas de sus secretos
y enseñarles con el ejemplo, sin defraudarlos nunca…

Y volver a soñar
con un cielo de caramelo,
con la luna de queso
y los días sin fin,
y correr y enredarme ...