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SAN MIGUEL DE LA RIBERA: Si algo queda claro de todo este asunto es que cada...

Si algo queda claro de todo este asunto es que cada vez más solemos reducir la sensualidad del cuerpo humano al tamaño del pene y de los senos. Todo es cuestión de centímetros y grosores, y poca cosa más. Igual soy yo, que hoy me he levantado en plan ‘Candy Candy’, pero pienso que resulta llamativo cómo las posibilidades eróticas de hombres y mujeres últimamente se circunscriben simplemente a cuánto nos miden apéndices y protuberancias corporales. La demostración más clara de este hecho la encontramos en cómo la cirugía estética vive su edad de oro gracias a los implantes mamarios. De momento, las operaciones en los genitales masculinos todavía son complicadas y dolorosas, pero tiempo al tiempo. El caso es que mujeres de cualquier edad y condición aumentan el tamaño de sus pechos, algunas de manera un tanto estrambótica, ‘para verse guapas’, aunque el resultado final en ocasiones sea más que discutible. ¿Todo para qué? Para sentirse sexualmente deseadas. Tal es el poder que el ser humano ha otorgado siempre a los senos. En este sentido, la popularización de la cirugía estética en los pechos no sería más que la satisfacción de una demanda, aunque también hay quien argumenta que nos encontramos ante una simple moda y que no hay para tanto.