Por las niñas de Tenerife, EL PIÑERO

Olivia nunca supo como llegó hasta allí después de un viaje por una autopista oscura de algas y sal.
Cuando se despertó buscó a su hermana que ya la estaría esperando para seguir con las tres primeras letras del nombre de mamá.
- Be-a, Be-a, Be-a...
-Muy bien, Anna, cada vez lo haces mejor.
Un poco más arriba, en una pradera marina encontró una bufanda azul.
Ya no recuerda más, pero los peces amigos de Gabriel el pescaíto de Almería, rescataron la bufanda para arropar a Anna.