S. RAMOS, CORRALES Con una banda verde sobre la que, bordado en rojo, aparece el nombre de la Asociación Cultural Aguederas de San José Obrero, y un pergamino de buenas intenciones, que recoge la fecha del 15 de octubre, sellaron ayer el hermanamiento entre las dos entidades aguederas, la capitalina y la de Corrales.
Es el primer hermanamiento para las Águedas de Corrales, una de las más numerosas de la provincia con un centenar de mujeres que hacían panda con las cerca de 30 que integran el grupo de San José Obrero para disfrutar de una tarde en la que no faltaron los cantos más picantes y provocadores, pero también su cita con Santa Águeda. No en vano en torno a ella se unían lazos.
Una misa castellana, presidida por el párroco de la localidad, José de la Prieta, inauguraba el programa de actos en la que no faltaron bonitas tonadas cantadas por el coro parroquial «Senda», y de las fieles que luciendo los típicos trajes tradicionales cumplían con la devoción.
La homilía daba paso a la parte más profana del desarrollo festivo, que tuvo su primera parte en el centro mismo de la plaza del Ayuntamiento, donde un centenar de mujeres al ritmo que marcaban la dulzaina, la flauta, el tambor y la caja le daban con salero al baile de las jotas, corridos y un sin fin de tonadas que alegraban el ambiente del pueblo. «Si riñes con el marido, no lo intentes solucionar, que los hombres tienen lengua y no la saben usar».
La estrofa correspondía a la canción que a primeros de año estrenaba el grupo de Águedas de San José Obrero con un estribillo bien conocido.
«Sal a la calle a meter ruido que para eso hemos venido?» El vistoso pasacalles de mujeres engalanadas se dirigió hasta el teatro de la localidad para degustar un vino español y las viandas que ellas mismas habían preparado, en las que no faltaban los platos santo y seña de la gastronomía del país como las tortillas, las empanadas o el embutido.
La fiesta continuaba su curso con un baile nocturno y por supuesto la complicidad y el intercambio de impresiones y chascarrillos entre el amplio grupo de mujeres que ayer efectuaban el primer hermanamiento de Águedas en la comarca.
Es el primer hermanamiento para las Águedas de Corrales, una de las más numerosas de la provincia con un centenar de mujeres que hacían panda con las cerca de 30 que integran el grupo de San José Obrero para disfrutar de una tarde en la que no faltaron los cantos más picantes y provocadores, pero también su cita con Santa Águeda. No en vano en torno a ella se unían lazos.
Una misa castellana, presidida por el párroco de la localidad, José de la Prieta, inauguraba el programa de actos en la que no faltaron bonitas tonadas cantadas por el coro parroquial «Senda», y de las fieles que luciendo los típicos trajes tradicionales cumplían con la devoción.
La homilía daba paso a la parte más profana del desarrollo festivo, que tuvo su primera parte en el centro mismo de la plaza del Ayuntamiento, donde un centenar de mujeres al ritmo que marcaban la dulzaina, la flauta, el tambor y la caja le daban con salero al baile de las jotas, corridos y un sin fin de tonadas que alegraban el ambiente del pueblo. «Si riñes con el marido, no lo intentes solucionar, que los hombres tienen lengua y no la saben usar».
La estrofa correspondía a la canción que a primeros de año estrenaba el grupo de Águedas de San José Obrero con un estribillo bien conocido.
«Sal a la calle a meter ruido que para eso hemos venido?» El vistoso pasacalles de mujeres engalanadas se dirigió hasta el teatro de la localidad para degustar un vino español y las viandas que ellas mismas habían preparado, en las que no faltaban los platos santo y seña de la gastronomía del país como las tortillas, las empanadas o el embutido.
La fiesta continuaba su curso con un baile nocturno y por supuesto la complicidad y el intercambio de impresiones y chascarrillos entre el amplio grupo de mujeres que ayer efectuaban el primer hermanamiento de Águedas en la comarca.
