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CASTROVERDE DE CAMPOS: VEINTE AÑOS DE LA LLEGADA DEL "EURO". PÁGINA Nº 4....

VEINTE AÑOS DE LA LLEGADA DEL "EURO". PÁGINA Nº 4.

Portada del 2 de enero de 2002 en El Norte de Castilla con el euro como gran protagonista.
Portada del 2 de enero de 2002 en El Norte de Castilla con el euro como gran protagonista.

Esther Rodríguez lo confirma. Recibió al euro en su pollería de las Galerías López Gomez -ahora tiene el puesto en el Mercado del Val- con muchas dudas, al igual que el resto de los españoles. «Hacer la caja día a día era un lío, hacíamos un poco de bancos. Recogemos pesetas, pero había que dar la vuelta en euros para ir quitando la moneda española. Se hizo un redondeo, pero es que ya nos vino desde arriba, desde los distribuidores», explica. Esta carnicera, que comparte mostrador con su hija Raquel, quien llegó a recibir la propina en pesetas hasta los doce años, asegura que sus clientes no querían que la moneda nacional se marchara. «Me acuerdo que la gente que antes traía un billete de diez mil pesetas para hacer la compra un sábado, luego traía uno de cincuenta euros y me comentaban que no les daba de sí. ¡Pero es que era menos dinero! Se lo decías, pero...», rememora.

Según la información del Banco de España, el 3 de enero el 96% de los cajeros automáticos de la zona del euro ya dispensan billetes en esta moneda y una semana después del lanzamiento más de la mitad de las transacciones en efectivo se hicieron en la divisa de la UE. Sin embargo, el cambio siguió costando.

En el Café del Norte se trabajaba con dos cajas registradoras.
En el Café del Norte se trabajaba con dos cajas registradoras. / RAMÓN GÓMEZ

En el supermercado de El Corte Inglés del Paseo de Zorrilla, la cajera Pilar Mongil, que trabaja en estos grandes almacenes desde su inauguración, recuerda esas jornadas como «de miedo». «Veníamos asustadas, preocupadas, aunque el final no fue para tanto», reconoce. La convivencia de las dos monedas les obligó a trabajar en euros y en pesetas al mismo tiempo y el cuadre de la caja fue complicado porque había que hacer dos cierres. «La gente fue comprensiva, venían con sus calculadoras, sobre todo los más mayores», recuerda. Las etiquetas de los productos colocados en los estantes y mostradores ofrecían el coste en las dos divisas. Pilar subraya que los clientes que acuden a este centro comercial lo hacen con «la confianza» de que sus empleados están para ayudarles y despejar sus dudas. «Hubo más trabajo, sí, pero se superó sin problemas», recalca.

Veinte años después, el euro ya está más que interiorizado. La peseta, nuestra rubia, es ya solo un recuerdo para numismáticos y nostálgicos. El pasado 30 junio, el Banco de España cerraba el plazo para canjearlas por la moneda única en un sepelio definitivo que provocó grandes colas en las sucursales. La peseta moría definitivamente

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.. NAZARIO MATOS..