AMENAZA FANTASMA DE GRAN APAGÒN EN EL MUNDO:: PÀGINA Nº 3
Por otro lado, España estuvo quemando carbón durante décadas, siendo esta una importante fuente de alimentación y, a pesar de que la gran mayoría de las centrales nacionales de este tipo ya han sido desmanteladas, en caso de necesidad extrema podrían ponerse a funcionar en tan solo un par de días, proporcionando alrededor de cinco gigavatios hora de energía. Asimismo, en caso de que se produzca un desabastecimiento de gas derivado de los cambios en el suministro desde Argelia debido a su tensión política con Marruecos, España cuenta con unas reservas estratégicas de gas para abastecer la demanda durante alrededor de veinte días. Hasta aquí, no habría de qué preocuparse, nuestro país es menos dependiente que otros europeos de sus vecinos. MILES DE IMPORTACIONES EN PELIGRO. Pero no se puede olvidar que, en un mundo globalizado como el actual, cualquier cosa que pase en la otra punta del planeta va a tener una repercusión directa sobre nuestras vidas aún estando a miles de kilómetros de distancia. ¿Y, entonces, cómo podría afectar a España el gran apagón de otras partes del mundo? ¿Y a Galicia? Pues, fundamentalmente, por el tema de la importación de mercancías. España cada vez más ha pasado a ser un país exportador en vez de importador, pero sí es cierto que hay un importante mercado de productos de importación: los coches suponen el 8,8 % del total de las importaciones; seguidas por el refinado del petróleo, en el 6,3 %; los medicamentos envasados, en el 3,7 %; los repuestos, en el 3,5 %; y los camiones de reparto, en el 1,9 %. De este modo, como puede observarse, muchos de los productos vendrían de los países asiáticos, teniendo que llegar a nuestro país, necesariamente, por ruta marítima (barco), en su gran mayoría, o por tierra (camiones). Lo que sucede en estos momentos es que se está produciendo un desabastecimiento de este tipo de productos en el punto de fabricación. Y eso se debe a que la producción ha frenado, por una parte, porque hay zonas que continúan con las restricciones derivadas del covid y, por otra, porque ya hay ciudades que están sufriendo apagones parciales en Asia. FÁBRICAS CHINAS PARALIZADAS. Semáforos y ascensores fuera de servicio en Shenyang, al noreste de China. En Cantón, en el sur, empresarios adquiriendo a toda prisa generadores para mantener sus fábricas en funcionamiento. En Hunan, en el centro, las luces de los carteles publicitarios se apagan en horas punta. Esto es lo que ha vivido China a lo largo del último mes, sobre todo en las últimas dos semanas, en un total de 21 de las 31 provincias del país, obligadas a adoptar algún tipo de medida de racionamiento de la electricidad a sus industrias o a los consumidores, entre temores a que una oleada de apagones sin precedentes genere un impacto grave en la segunda economía del mundo y, en consecuencia, en el resto del planeta. De hecho, los precios de los productos ya se están encareciendo y hay empresarios que aseguran que donde antes podían comprar un contenedor de mercancía por ruta marítima por el entorno de los 1.500 euros, ahora se ha disparado el coste por encima de los 12.000.,, NAZARIO MATOS..
Por otro lado, España estuvo quemando carbón durante décadas, siendo esta una importante fuente de alimentación y, a pesar de que la gran mayoría de las centrales nacionales de este tipo ya han sido desmanteladas, en caso de necesidad extrema podrían ponerse a funcionar en tan solo un par de días, proporcionando alrededor de cinco gigavatios hora de energía. Asimismo, en caso de que se produzca un desabastecimiento de gas derivado de los cambios en el suministro desde Argelia debido a su tensión política con Marruecos, España cuenta con unas reservas estratégicas de gas para abastecer la demanda durante alrededor de veinte días. Hasta aquí, no habría de qué preocuparse, nuestro país es menos dependiente que otros europeos de sus vecinos. MILES DE IMPORTACIONES EN PELIGRO. Pero no se puede olvidar que, en un mundo globalizado como el actual, cualquier cosa que pase en la otra punta del planeta va a tener una repercusión directa sobre nuestras vidas aún estando a miles de kilómetros de distancia. ¿Y, entonces, cómo podría afectar a España el gran apagón de otras partes del mundo? ¿Y a Galicia? Pues, fundamentalmente, por el tema de la importación de mercancías. España cada vez más ha pasado a ser un país exportador en vez de importador, pero sí es cierto que hay un importante mercado de productos de importación: los coches suponen el 8,8 % del total de las importaciones; seguidas por el refinado del petróleo, en el 6,3 %; los medicamentos envasados, en el 3,7 %; los repuestos, en el 3,5 %; y los camiones de reparto, en el 1,9 %. De este modo, como puede observarse, muchos de los productos vendrían de los países asiáticos, teniendo que llegar a nuestro país, necesariamente, por ruta marítima (barco), en su gran mayoría, o por tierra (camiones). Lo que sucede en estos momentos es que se está produciendo un desabastecimiento de este tipo de productos en el punto de fabricación. Y eso se debe a que la producción ha frenado, por una parte, porque hay zonas que continúan con las restricciones derivadas del covid y, por otra, porque ya hay ciudades que están sufriendo apagones parciales en Asia. FÁBRICAS CHINAS PARALIZADAS. Semáforos y ascensores fuera de servicio en Shenyang, al noreste de China. En Cantón, en el sur, empresarios adquiriendo a toda prisa generadores para mantener sus fábricas en funcionamiento. En Hunan, en el centro, las luces de los carteles publicitarios se apagan en horas punta. Esto es lo que ha vivido China a lo largo del último mes, sobre todo en las últimas dos semanas, en un total de 21 de las 31 provincias del país, obligadas a adoptar algún tipo de medida de racionamiento de la electricidad a sus industrias o a los consumidores, entre temores a que una oleada de apagones sin precedentes genere un impacto grave en la segunda economía del mundo y, en consecuencia, en el resto del planeta. De hecho, los precios de los productos ya se están encareciendo y hay empresarios que aseguran que donde antes podían comprar un contenedor de mercancía por ruta marítima por el entorno de los 1.500 euros, ahora se ha disparado el coste por encima de los 12.000.,, NAZARIO MATOS..