PÁGINA 1ªEN HONOR A SARVELIO VILLAR HERRERO, QUE POSIBLEMENTE SEAMOS PARIENTES LEJANOS PERO PARIENTES QUIERO REPRODUCIR ESTE ALEGATO A LAS COSTUMBRES DE NUESTRA TIERRA Y ESPECIALEMNTE DE NUESTRO PUEBLO CASTROVERDE DE CAMPOS. POR MI EDAD VIVÌ ALGUNAS DE ESAS COSTUMBRES MEDIEVALES Y SOBRE TODO DE NUESTRA TIERRA. RECUERDO DE ALGUNA BODA DE VIUDOS A LOS QUE EL PUEBLO LES LLEVÒ EN UN CARRO HASTA EL RIO VALDERADUEY Y LES ARROJÒ AL RÌO CON TODO EL ""CARIÑO"" DEL COSTUMBRISMO DE LA ÈPOCA. TODAS LAS PERIPECIAS Y ANÈCDOTAS QUE CUENTAS EN ESTE DOCUMENTO SON VERÌDICAS COMO:: PREPARATIVOS Y AMONESTACIONES - VÌSPERRAS Y DÍA DE LA BODA - SUBIR AL MALFIJE - AJUSTAR LA BURRA - LAS BROMAS PESADAS PERO "CARIÑOSAS" - LA CENCERRADA - LA LUNA DE MIEL ""SECUESTRAR A LOS NOVIOS EN SU NOCHE DE BODAS"" Y TANTAS ""BURRADAS PERO CON MUCHO CARIÑO""GRACIAS SARVELIO POR ESTOS RECUERDOS DE NUESTRO CASTROVERDE DE CAMPOS. NAZARIO MATOS
LAS BODAS EN CASTROVERDE DE CAMPOS. VILLAR HERRERO, SarvelioEn el cotidiano vivir de una comunidad rural los acontecimientos relacionados con el ciclo vital: nacimientos, bautizos, noviazgo, matrimonio, defunciones,... rompen la monotonía diaria.
Uno de los momentos más festivos lo constituyen las bodas, que de alguna manera implicaban a todos los vecinos. Desde luego no todos los enlaces eran idénticos; circunstancias familiares o las fechas de celebración hacían que tuviesen distinta relevancia, unas eran mas sonadas que otras. Lo que sí tenían todas era un ambiente familiar de fiesta y alegría que se trasmitía a todo el pueblo, y todo el pueblo disfrutaba, en alguna medida de ellos.
Actualmente han perdido todo el sabor que tenían antaño. Apenas se mantienen costumbres relacionadas con unas celebraciones tan singulares como son las bodas.
Vamos a acercarnos, no sin cierta curiosidad, a cómo se celebraban las bodas en un pueblo de Tierra de Campos hace unas cuantas décadas (1).
PREPARATIVOS
Unos meses antes, que era cuando el novio "entraba en casa", comenzaban los preparativos de la boda. Los novios fijaban un día para que los padres del novio fuesen a casa de la novia para ponerse de acuerdo en todo lo relacionado con el enlace de sus hijos: era el "día de la pedida" (2).
Puestos de acuerdo se comunicaba al Sr. Cura el deseo de la pareja de contraer matrimonio a fin de que fuese preparando las Amonestaciones.
Relacionado con el sacramento, unos día antes de la boda -podía ser la víspera-, el Sr. Cura "examinaba" a los novios de la doctrina cristiana.
INVITACIONES
Un mes antes de la boda, las madres de los novios o algún familiar, ante la falta de alguna de ellas, iban casa por casa a invitar personalmente a familiares y amistades, siempre a los más directos, cuando se trataba de la familia, y a los más íntimos cuando eran amigos (3).
Era costumbre "dar parte de la boda" a familiares más lejanos y a amistades o vecinos aunque no fueran invitados a la boda.
AMONESTACIONES
Tres eran las amonestaciones, aunque a veces solamente se hacía una, estando en función del tiempo con que se había comunicado al Sr. Cura la fecha de la boda, la reducción de éstas.
Eran leídas por el Sr. Cura al finalizar la misa de cada uno de los tres domingos anteriores a la celebración del enlace (4). Se hacía público el casamiento por si había algún impedimento que hiciera nulo el matrimonio, obligación que tenían los feligreses de comunicar al Sr. Cura tal circunstancia.
En la puerta de la iglesia siempre se colocaba un escrito, donde quedaba constancia del enlace y de cada una de las amonestaciones.
La primera amonestación se la conocía como la de "las manos": era el día de "las mandas" (5). Ese día los novios recibían los primeros regalos. Podían ser éstos en especie; también los recibían en dinero, muebles o menaje para el hogar. Lo festivo de esta primera amonestación era el baile que los invitados preparaban en casa de la novia o en alguna panera preparada al efecto. El acompañamiento musical iba desde el pianillo a instrumentos más sencillos como acordeones diatónicos o dulzainas, e incluso panderetas junto con instrumentos caseros para hacer ritmo: almirez, botella de anís, cucharas,...
El baile se completaba con un refresco a base de dulces caseros, vino y licores.
Mientras los jóvenes se divertían con el baile, los "entrados en años" jugaban al truque (6). La celebración de esta amonestación ocupaba el sábado y el domingo por la noche.
La segunda amonestación era la de la "enhorabuena". Los novios y los acompañantes se juntaban a comer en casa de la novia. Estos acompañantes, que solían ser un primo del novio y una prima de la novia, tenían como misión no dejar nunca sólos a los novios.
El baile y el refresco en casa de la novia, tanto el sábado como el domingo, junto con el juego de cartas para los mayores, ponían la nota de fiesta.
La tercera amonestación tenía nuevamente en el baile y el refresco la manifestación de alegría por el casamiento. Solía salirse en grupos a recorrer el pueblo cantando canciones populares y típicas de boda.
Estas reuniones de los invitados, previas al día de la boda, se prestaban para que los más jóvenes, chicos y chicas, se pusiesen de acuerdo, para el día del enlace, "hacer plato" (7).
LA VISPERA DE LA BODA
Por la tarde novios y acompañantes iban, casa por casa de los invitados, a recordarles que acudieran a la boda. La fórmula era: "Estáis invitados a misa y mesa" o "Estáis invitados a misa y refresco".
La familia de los novios, abuelos, padres y hermanos, junto con los acompañantes, comían asadurillas de los corderos o los callos de la ternera, sacrificados para el convite del día siguiente. No faltaba el baile y el truque.
EL DIA DE LA BODA
Ha llegado el día cumbre de la celebración. Los invitados, semanas antes, han visitado al sastre y a la modista para hacerse las ropas que lucirán ese día.
Al tañer de la campana de la parroquia, los invitados del novio y de la novia acudirán a las respectivas casas ataviados de sus mejores galas.
Los invitados del novio saldrán de casa de éste para dirigirse a casa de la novia acompañándole, desde donde, ya todos juntos, partirán hacia la iglesia.
Encabeza la comitiva la novia del brazo del padrino y le sigue el novio del brazo de la madrina; a continuación van todos los invitados. Mientras el cortejo se dirige lentamente a la parroquia, los vecinos salen a las calles de paso de la misma o se acercan a los aledaños del templo a ver la boda. No faltan los comentarios sobre el atuendo y la vestimenta de novios, padrinos e invitados.
Al salir de la ceremonia religiosa, los recién casados, recibirán, en el pórtico de la iglesia, la "enhorabuena".
Desde aquí se regresaba a casa de la novia, donde estaba preparado el refresco. Una vez recuperadas las fuerzas se salía por el pueblo cantando canciones populares; en algunas bodas alquilaban un organillo e iban por las plazuelas del pueblo donde se bailaba (8). NAZARIO MATOS.
LAS BODAS EN CASTROVERDE DE CAMPOS. VILLAR HERRERO, SarvelioEn el cotidiano vivir de una comunidad rural los acontecimientos relacionados con el ciclo vital: nacimientos, bautizos, noviazgo, matrimonio, defunciones,... rompen la monotonía diaria.
Uno de los momentos más festivos lo constituyen las bodas, que de alguna manera implicaban a todos los vecinos. Desde luego no todos los enlaces eran idénticos; circunstancias familiares o las fechas de celebración hacían que tuviesen distinta relevancia, unas eran mas sonadas que otras. Lo que sí tenían todas era un ambiente familiar de fiesta y alegría que se trasmitía a todo el pueblo, y todo el pueblo disfrutaba, en alguna medida de ellos.
Actualmente han perdido todo el sabor que tenían antaño. Apenas se mantienen costumbres relacionadas con unas celebraciones tan singulares como son las bodas.
Vamos a acercarnos, no sin cierta curiosidad, a cómo se celebraban las bodas en un pueblo de Tierra de Campos hace unas cuantas décadas (1).
PREPARATIVOS
Unos meses antes, que era cuando el novio "entraba en casa", comenzaban los preparativos de la boda. Los novios fijaban un día para que los padres del novio fuesen a casa de la novia para ponerse de acuerdo en todo lo relacionado con el enlace de sus hijos: era el "día de la pedida" (2).
Puestos de acuerdo se comunicaba al Sr. Cura el deseo de la pareja de contraer matrimonio a fin de que fuese preparando las Amonestaciones.
Relacionado con el sacramento, unos día antes de la boda -podía ser la víspera-, el Sr. Cura "examinaba" a los novios de la doctrina cristiana.
INVITACIONES
Un mes antes de la boda, las madres de los novios o algún familiar, ante la falta de alguna de ellas, iban casa por casa a invitar personalmente a familiares y amistades, siempre a los más directos, cuando se trataba de la familia, y a los más íntimos cuando eran amigos (3).
Era costumbre "dar parte de la boda" a familiares más lejanos y a amistades o vecinos aunque no fueran invitados a la boda.
AMONESTACIONES
Tres eran las amonestaciones, aunque a veces solamente se hacía una, estando en función del tiempo con que se había comunicado al Sr. Cura la fecha de la boda, la reducción de éstas.
Eran leídas por el Sr. Cura al finalizar la misa de cada uno de los tres domingos anteriores a la celebración del enlace (4). Se hacía público el casamiento por si había algún impedimento que hiciera nulo el matrimonio, obligación que tenían los feligreses de comunicar al Sr. Cura tal circunstancia.
En la puerta de la iglesia siempre se colocaba un escrito, donde quedaba constancia del enlace y de cada una de las amonestaciones.
La primera amonestación se la conocía como la de "las manos": era el día de "las mandas" (5). Ese día los novios recibían los primeros regalos. Podían ser éstos en especie; también los recibían en dinero, muebles o menaje para el hogar. Lo festivo de esta primera amonestación era el baile que los invitados preparaban en casa de la novia o en alguna panera preparada al efecto. El acompañamiento musical iba desde el pianillo a instrumentos más sencillos como acordeones diatónicos o dulzainas, e incluso panderetas junto con instrumentos caseros para hacer ritmo: almirez, botella de anís, cucharas,...
El baile se completaba con un refresco a base de dulces caseros, vino y licores.
Mientras los jóvenes se divertían con el baile, los "entrados en años" jugaban al truque (6). La celebración de esta amonestación ocupaba el sábado y el domingo por la noche.
La segunda amonestación era la de la "enhorabuena". Los novios y los acompañantes se juntaban a comer en casa de la novia. Estos acompañantes, que solían ser un primo del novio y una prima de la novia, tenían como misión no dejar nunca sólos a los novios.
El baile y el refresco en casa de la novia, tanto el sábado como el domingo, junto con el juego de cartas para los mayores, ponían la nota de fiesta.
La tercera amonestación tenía nuevamente en el baile y el refresco la manifestación de alegría por el casamiento. Solía salirse en grupos a recorrer el pueblo cantando canciones populares y típicas de boda.
Estas reuniones de los invitados, previas al día de la boda, se prestaban para que los más jóvenes, chicos y chicas, se pusiesen de acuerdo, para el día del enlace, "hacer plato" (7).
LA VISPERA DE LA BODA
Por la tarde novios y acompañantes iban, casa por casa de los invitados, a recordarles que acudieran a la boda. La fórmula era: "Estáis invitados a misa y mesa" o "Estáis invitados a misa y refresco".
La familia de los novios, abuelos, padres y hermanos, junto con los acompañantes, comían asadurillas de los corderos o los callos de la ternera, sacrificados para el convite del día siguiente. No faltaba el baile y el truque.
EL DIA DE LA BODA
Ha llegado el día cumbre de la celebración. Los invitados, semanas antes, han visitado al sastre y a la modista para hacerse las ropas que lucirán ese día.
Al tañer de la campana de la parroquia, los invitados del novio y de la novia acudirán a las respectivas casas ataviados de sus mejores galas.
Los invitados del novio saldrán de casa de éste para dirigirse a casa de la novia acompañándole, desde donde, ya todos juntos, partirán hacia la iglesia.
Encabeza la comitiva la novia del brazo del padrino y le sigue el novio del brazo de la madrina; a continuación van todos los invitados. Mientras el cortejo se dirige lentamente a la parroquia, los vecinos salen a las calles de paso de la misma o se acercan a los aledaños del templo a ver la boda. No faltan los comentarios sobre el atuendo y la vestimenta de novios, padrinos e invitados.
Al salir de la ceremonia religiosa, los recién casados, recibirán, en el pórtico de la iglesia, la "enhorabuena".
Desde aquí se regresaba a casa de la novia, donde estaba preparado el refresco. Una vez recuperadas las fuerzas se salía por el pueblo cantando canciones populares; en algunas bodas alquilaban un organillo e iban por las plazuelas del pueblo donde se bailaba (8). NAZARIO MATOS.