VALLADOLID: AQUELLA MAQUINA DEL TREN BOMITABA HUMO...

AQUELLA MAQUINA DEL TREN BOMITABA HUMO
Eran tiempos de mi infancia, en aquel mes de septiembre de hace ahora muchos años, cuando para ir desde Medina del Campo a Valladolid a las ferias, íbamos en tren de paradas en todas las estaciones, eran los trenes llamados tranvías. Aquella maquina echaba tanto humo que desde el vagón donde yo iba de viajero parecía meterse dentro, en aquellos años no ponías pegas, solo sentías ganas de conocer el mundo que te rodeaba, Eran tiempos de querer conocer y poder ver lo que en los pueblos y villas no podías disfrutar, El tren aquel con asientos de madera, me hace recordar a Don Antonio Machado, cuando habla de sus viajes por Castilla, Recuerdo que una de esas veces que fuimos a Valladolid a su Feria de San Mateo, en La Moreras, lugar donde se ponían casi todas las casetas de feria, pudimos ver la forma de ejecutar a un gáster americano, que se hizo famoso por detener su ejecución varias veces, Su nombre creo que se llamaba, Caril Chesman, y su libro que le hizo famoso se titulaba PABELLÓN 320, ANTESALA DE LA MUERTE. Para mis amigos y a mi me agrado ver aquella historia que entonces estaba en el tiempo de hablar de ello, El regreso en aquel tren chimenea de humo negro, era normal, todos los amigos miramos al fogonero que echaba el carbón en dicha caldera de la maquina aquella, y nos marchábamos a nuestros domicilios tan contentos de poder ver lo que en nuestros pueblos no se podía esperar verlo. Eran tiempos de esperanza, de poder soñar despierto el ver cosas nuevas, el tener ilusiones por viajar, por poder conocer bien la ciudad de Valladolid, donde el Pisuerga ocupa el lugar preferente, Eran tiempos difíciles. Pero muy bonitos cuando vivíamos soñando un tiempo mejor. Ahora cuando veo una película de ese tiempo, recuerdo todos aquellos viajes que tanto me gustaban. Y sus paseos por esa ciudad castellana donde se decía que se hablaba el castellano fenomenalmente. G X Cantalapiedra.