OFERTA LUZ: 5 Cts/kWh

LA SECA: SIEMPRE LA DUDA REINABA EN LA SECA...

SIEMPRE LA DUDA REINABA EN LA SECA
Eran las fechas de verano, las gentes de aquella Villa castellana esperaban que se celebraran los novillos, que siempre fueron el último domingo de ese mes caluroso que es agosto, Un cohete nocturno era la señal de celebrar dicho festejo, y las gentes esperaban que sonara cualquier día, para anunciar a sus familiares en la emigración, que podrían venir a correr delante de los toros, Se empezaban a mandar cartas para todos los lugares donde residían esas familias, y la mayoría volvía a ver a sus amistades y demás vecinos, el ambiente era familiar, siempre existía el peligro de alguna cogida de algún novillo o vaca, Los tablados eran de madera, que venía de haber sido usados en La Plaza de Rueda, donde se celebraban festejos de novillos en la Virgen de Agosto, Casi todos los años hubo novillos, y las gentes esperaban todo el año para vivir esas fechas de familia, y algunas personas jovenes preparaban su maleta para salir camino de la inmigración forzosa, Fueron años donde cada día se echaba en falta alguna persona o joven, que se marchaba camino de recorrer el mundo, La Seca llegó a tener 1300, vecinos el año 1898, ese año fue un desastre, la helada dejo toda la cosecha arrasada, y la emigración fue el escape de aquella ruina, hubo días que salieron de la Villa dieciséis familias camino de Brasil, donde se quedaron para siempre en esa larga distancia, además salieron para Francia, Argentina, Cuba, y otros destinos, pocos volvieron a visitar su Villa, fueron tiempos de emigración forzosa, donde las familias cogían el tren y se marchaban al norte de España, algunas a Vizcaya, Ortuella, a las minas de hierro al aire libre, otras a Baracaldo, y algunas para Barcelona, no hubo lugar de España donde no estuviera algún lasecano, Fueron años de desaparecer calles enteras, y casas vacías sin saber dónde estaban sus dueños, que dejaron de pagar impuestos ni mantenimiento de dichas viviendas. Que se fueron hundiendo con el paso de los años, al no poder venderlas por algún precio que fuera justo. Ahora esa Villa debe de andar con los 1060, habitantes, digamos que su población se quedo reducida a mínimos, aunque lleva años manteniéndose así, quizá desde el año 1980. Esta es la otra historia real de La Seca. G X Cantalapiedra.