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LA SECA: VIAJE SIN DESPEDIDA...

VIAJE SIN DESPEDIDA
Aquella mujer joven, viendo que su vida se pasaba sin encontrar solución a su idea de casarse, decidió una mañana coger el coche de línea de La Regional, que iba para Valladolid, y empezar una nueva vida, El pretendiente del pueblo cuando se enteró de aquella marcha le entro un enfado, al comprobar que llevaba saliendo con aquella mujer bastante tiempo, pero jamás la habló de matrimonio, ni siquiera de ser pareja formal, y en su enfurruñamiento pensaba, “esta lista que habrá pensado, se creerá que en la capital atan los galgos con longaniza”. Más aquella mujer había hecho lo correcto, viendo que aquel hombre labrador de toda su vida solo era un pasatiempo aburrido, La mujer en Valladolid empezó trabajando en una fábrica, su domicilio era la casa de una prima hermana, donde en poco tiempo se centró su forma de vida nueva, y cuando regreso a su pueblo después de varios meses, iba acompañada de un joven bien parecido y sin complejos. El antiguo acompañante de la mujer al ver a la pareja soltó su parrafada, como si fuera una sentencia “Que se habrá creído esa niña tonta, que ese novio es mejor que yo, se equivoca ya que conmigo tendría el pan seguro, y sus fincas de labranza”. La joven y su acompañante actual pasaron dos días en el pueblo, y de nuevo volvieron a la ciudad de Valladolid, donde sin tardar mucho tiempo pasaron a ser matrimonio, y creo que son felices, lo que aquel hombre de su pueblo le mordía la envidia, al verse solo y sin que nadie le hiciera caso, su tiempo se estaba pasando, el reloj no se le puede dar marcha atrás, y la que fue su acompañante volvía al pueblo de vez en cuando con sus hijos y esposo. Lo que le daba mucha más rabia a su viejo acompañante que jamás la pretendió ni le dio pie para creerse nada, su viaje sin despedida fue lo mejor que hizo en aquel ambiente de pueblo castellano. G X Cantalapiedra.