LA SECA: HABIA UNA VEZ UNA VILLA QUE CAMINABA...

HABIA UNA VEZ UNA VILLA QUE CAMINABA
Había una vez una Villa grande, en la provincia de Valladolid, que caminaba a ser cada día más pequeña, esta Villa tenía un viejo Hospital donde se curaban a sus enfermos. El hospital fue construido por unas familias de las más económicamente fuertes y humanas, hace siglos, y después de fallecer estas familias, el Hospital paso a ser del Ayuntamiento, y hubo un Catedrático de Veterinaria en Zaragoza. Que fue teniente alcalde de dicha ciudad maña. E íntimo amigo de Santiago Ramón y Cajal, que le dotó de aparatos clínicos de primer orden, al haber nacido en ese lugar, dicho hombre se llamó Pedro Moyano. En ese Hospital pasaban consulta los médicos de la Seguridad Social, y practicantes, lo que ahora se llama, A, T, S, además tenía en el primer piso habitaciones para poder ingresar a sus vecinos enfermos, Me creo que en ese piso de enfermos casi terminales, hubo ingresada hace ahora 73, años una señora mayor que era calva, aunque creo que fue una buena mujer, y los niños incluso con muy poca edad, iban a verla en la galería del Hospital. donde estaba internada, desde las eras de al lado de dicho Hospital, algunos niños la llamaban “La Pelona”, y la cantaban desde lejos una canción que decía así, “Pelona sin pelo, tenia cuatro pelos y los vendió al estraperlo”, y volvían al estribillo, la pobre señora no la afectaba nada, porque creo que estaba un poco sorda, la pobre mujer debió de fallecer en aquella indigencia de entonces, Más había madres que no consentían que la insultaran sus hijos. Ese Hospital cayó en abandono, y con el tiempo después de muchos años se derribó, y sus ladrillos macizos terminaron en La Plaza Mayor de Medina del Campo, donde se les dio una nueva vida en la fachada del Ayuntamiento de dicha ciudad castellana. En el lugar donde estuvo el Hospital se construyo un Centro Escolar hace unos cuantos años, olvidando aquel edifico que fue ejemplar, y donde dijeron adiós a la vida unas cuantas personas de esa Villa que sus economías entonces eran fatales. Alguien me comento, estaba condenado a ser derribado, Aunque existía una Capilla que era preciosa, con libros de siglos en su sacristía, con los forros de piel de cabra y el pelo incluido, que estaban escritos a tinta china, y con una letra que parecía de imprenta, además había una Virgen del Carmen y una Virgen de La Pera fabulosas, el suelo era de madera tarima, y los pulpitos parecían hechos para buenos cristianos. Una pena que las autoridades de entonces no supieran guardar ni conservar esa joya. Creo que nadie ha pedido una calificación ni un control sobre tan bonito edificio. A veces las personas mayores que conocieron su historia se han lamentado, pero por lo bajo, nadie ha sido capaz de pedir un auditoria, ya se pasó el tiempo, nadie se siente responsable de tan grande anomalía, Esa Villa acostumbrada a sufrir desastres, no tuvo una voz discordante, si la hubiera habido habría terminado en la cárcel, las verdades duelen, y hay gente que las quiere callar por la fuerza. G X Cantalapiedra.