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CUENCA DE CAMPOS: PEDRO....

DESDE LA CIMA DEL CONJURADERO: No niego que haya buenas obras literarias como la que citas. Incluso otras, como "Mocedades de Don Rodrigo" o "Roncesvalles"; todas atribuidas a personas cultas o muy cultas.
El "Cantar del mío Cid", dicen los investigadores que debió escribirla alguien docto en leyes, por el conocimiento que de ellas demuestra en su narración.
Pero, ¿cómo enjuiciar toda la obra literaria de un autor anónimo, del que sólo conocemos un título, aunque haya escrito varios?
Pues en el foro viene a pasar lo mismo. Si hay varios anónimos, y cada uno demuestra conocer bien varios temas, (culturales, artísticos, literarios, históricos, etc), yo soy incapaz de determinar si son varias personas o una sola. Sin embargo, con un nombre, real o ficticio, puedo dirigirme a él.
Ahora yo sé, o intuyo al menos, que tú tienes un buen nivel cultural. Y que puedo dialogar contigo, hasta donde lleguen mis conocimientos, del tema del que hablemos.
En cuanto a la cita que haces de la iglesia, con ella hemos topado.
El Santo Oficio ha sido, es, y posiblemente será uno de los temas de la Historia de España que más ríos de tinta haya derramado. Dejémoslo ahí, si te parece.

Un saludo afectuso, amigo.

PEDRO.
Hace muy poco hemos tenido la prueba de la diferencia de tener un nombre a tener otro, incluso de no tener nombre.
Hasta hace unos meses EL COLOSO era un cuadro magnifico de Goya. Después de unos minuciosos estudios hechos en el museo del Prado, han llegado a la conclusión, que el autor no es Goya; ¿sabes cual ha sido el resultado? Ya no es tan buen cuadro.
Eso mismo pasa en este foro. Hay gente que se ha ganado buena fama y escriba lo que escriba, estará siempre bien. Sin embargo a otros no se les mide por el mismo rasero y eso da lugar a que muchas veces se prefiera usar el anonimato.
En cuanto a la iglesia me da igual hablar que no hablar. Lo único que noto en los últimos mese es que al parecer la iglesia solo ha hecho cosas malas a lo largo de su historia.
Eso sí, en Mayo acudiremos a la celebración de alguna comunión de nieto, hijo, sobrino o allegado y nos olvidaremos por unos instantes de todo lo malo que la iglesia tiene.
Igual de afectuoso es mi saludo, amigo PEDRO.