Hace unos días escribía a cerca de los malos ratos que pasó mi
amigo para conquistar a su esposa, sevillana ella por los cuatro costados, es decir de pura cepa.
Pero aquel relato fue trasmitido de viva voz por ella.
Ahora, lo que no tengo nada claro si mi amigo asintió de primeras o viendo la cosa un poco difícil, y conociendo su vena poética la sorprendió con estas rimas de J. J Llovet
El tiempo es oro, mujer;
yo no lo puedo perder
en pedir ni en esperar.
Sé mía si lo has de ser;
si
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