Hola a todos los "raneros". Estoy contemplando el foro y, al tiempo que leo lo que cuenta mi tío Jacintín, me viene a la memoria el tiempo que pasé en Adalia. Mi madre, Pacita, estaba enferma y pasaba temporadas con mis abuelos, Jacinto y Catalina. Mis otros abuelos vivían en Mota y querían que, también, fuera con ellos; pero no me gustaba nada estar en Mota. Me lo pasaba mucho mejor en Adalia, donde todo eran mimos y cariños por parte de la gente que allí vivía. Mi tío Elio y mi tía Concha, mis abuelos, los vecinos...
Recuerdo con mucho cariño a Feli, su hermano José Luís, su padre Antonio Gallego. El hijo pequeño de Feli era mi amiguete de correrías por Adalia. La tienda de María Felipa, las Rocas, el tío Cecilio, y tantos otros que no recuerdo sus nombres; pues no en vano, han pasado 40 años de esta historia que relato.
Tengo un recuerdo maravilloso de todo lo que tiene que ver con Adalia. Cuando paso por delante de la casa donde viví con mis abuelos siento un escalofrío y una sensación extraña de alegría por recordar la etapa más feliz de mi niñez y, al tiempo, añoranza bucólica de hechos y personas que no van a volver...
En fin, es la vida con sus claroscuros.
Recuerdo con mucho cariño a Feli, su hermano José Luís, su padre Antonio Gallego. El hijo pequeño de Feli era mi amiguete de correrías por Adalia. La tienda de María Felipa, las Rocas, el tío Cecilio, y tantos otros que no recuerdo sus nombres; pues no en vano, han pasado 40 años de esta historia que relato.
Tengo un recuerdo maravilloso de todo lo que tiene que ver con Adalia. Cuando paso por delante de la casa donde viví con mis abuelos siento un escalofrío y una sensación extraña de alegría por recordar la etapa más feliz de mi niñez y, al tiempo, añoranza bucólica de hechos y personas que no van a volver...
En fin, es la vida con sus claroscuros.
