En el foro de Deza ha vuelto a surgir el tema sobre el "tú y el usted", y aquí reproduzco los dos mensajes que coloqué allí, para los cuatro amigos que aún tiene la paciencia de leerlos.
Estaba dándole vueltas al asunto de la educación -su falta más bien- en España, cuando pefeval, y luego el abuelo y dezano, nos traen este asunto del que ya hice también algún comentario hace unos dos meses en este mismo foro.
En las veces que he salido de la piel de toro y, sobre todo, últimamente que tengo ocasión de tratar, por mi trabajo, con algunas personas de habla hispana de la otra parte del charco, he comprobado también por contraste, que cada día somos un país más grosero. No hace tantos años, sin tanto titulado académico como ahora, la gente se comportaba con más y mejor educación que hoy día. Hoy parece que todos hemos comido y dormido juntos, por esa confianza zafia con que cualquier impresentable trata al que tiene al lado. Que no es eso, que no.
Ya decía por aquí entonces, que a priori, el uso del usted o del tú no tienen forzosamente que conllevar connotaciones de ningún tipo si no se conoce previamente el contexto en que se utilizan. Y ese es el problema, en un país anclado hoy en el “todo vale”, donde cualquier indocumentado (o indocumentada, Bibiana) no sabe distinguir cuándo, cómo, dónde y con quién hay que usar el tú o el usted. Indocumentados, añadimos, que creen que el usted supone ranciedad o fórmula obsoleta propia de gente carca y trasnochada.
El usted suele conllevar un matiz de cortesía y educación con desconocidos, personas mayores... El usted respetuoso suele tener una entonación más bien neutra y supone una fórmula de educación con la que nos dirigimos a nuestro interlocutor.
Hay también otro usted, frío y seco, que algunas personas usan para establecer distancia, marcar una barrera o que incluso puede llevar aparejada una hostilidad más o menos disimulada. En épocas no tan pretéritas, pero que no conocen las nuevas generaciones, alguna gente usaba aquél "No sabe usted con quién esta hablando".
Por otra parte, hay tuteos respetuosísimos por parte de quien los utiliza, y ustedes que pueden suponer ironía, burla, sarcasmo o desprecio.
El tuteo crea un ambiente de proximidad y cercanía o familiaridad entre quienes lo usan. No forzosamente ha de suponer falta de respeto, si se usa en el contexto y la forma adecuados.
De eso se trata, de saber distinguir con quién y en qué momento.
Estaba dándole vueltas al asunto de la educación -su falta más bien- en España, cuando pefeval, y luego el abuelo y dezano, nos traen este asunto del que ya hice también algún comentario hace unos dos meses en este mismo foro.
En las veces que he salido de la piel de toro y, sobre todo, últimamente que tengo ocasión de tratar, por mi trabajo, con algunas personas de habla hispana de la otra parte del charco, he comprobado también por contraste, que cada día somos un país más grosero. No hace tantos años, sin tanto titulado académico como ahora, la gente se comportaba con más y mejor educación que hoy día. Hoy parece que todos hemos comido y dormido juntos, por esa confianza zafia con que cualquier impresentable trata al que tiene al lado. Que no es eso, que no.
Ya decía por aquí entonces, que a priori, el uso del usted o del tú no tienen forzosamente que conllevar connotaciones de ningún tipo si no se conoce previamente el contexto en que se utilizan. Y ese es el problema, en un país anclado hoy en el “todo vale”, donde cualquier indocumentado (o indocumentada, Bibiana) no sabe distinguir cuándo, cómo, dónde y con quién hay que usar el tú o el usted. Indocumentados, añadimos, que creen que el usted supone ranciedad o fórmula obsoleta propia de gente carca y trasnochada.
El usted suele conllevar un matiz de cortesía y educación con desconocidos, personas mayores... El usted respetuoso suele tener una entonación más bien neutra y supone una fórmula de educación con la que nos dirigimos a nuestro interlocutor.
Hay también otro usted, frío y seco, que algunas personas usan para establecer distancia, marcar una barrera o que incluso puede llevar aparejada una hostilidad más o menos disimulada. En épocas no tan pretéritas, pero que no conocen las nuevas generaciones, alguna gente usaba aquél "No sabe usted con quién esta hablando".
Por otra parte, hay tuteos respetuosísimos por parte de quien los utiliza, y ustedes que pueden suponer ironía, burla, sarcasmo o desprecio.
El tuteo crea un ambiente de proximidad y cercanía o familiaridad entre quienes lo usan. No forzosamente ha de suponer falta de respeto, si se usa en el contexto y la forma adecuados.
De eso se trata, de saber distinguir con quién y en qué momento.