DESDE LOS ALTOS DE AYLLÓN
Eran noches tormentosas
entre los rayos tan serios,
fueron sendas escabrosas
que dejaron sus misterios.
El cielo ardiendo en el alto
entre los rayos más fieros,
en el pecho el sobresalto
al ver esos negros fueros.
Desde Los Altos de Ayllón
con la tormenta de miedo,
puedes sentir la pasión
que puede darte el enredo.
Los misterios de sus curvas,
con relámpagos y truenos,
las tormentas tan absurdas
van soltando sus venenos.
Quieres imponer tu prisa
en aquel lugar de miedo,
la noche lanza esa brisa
que corre a nivel del suelo.
Si miras el horizonte
no logras hallar consuelo,
sus paisajes son resorte
de ver tu coche con vuelo.
Cuando miras el contorno
temes ver el alto cielo,
sin divisar el retorno
lograras el desconsuelo.
La noche sigue gritando,
Los Altos marcan sus truenos,
vi la tormenta agitando
entre los negros infiernos.
Voy camino de Peñalba
más cerca del río Duero,
el misterio sobresalta
en tierra de romancero.
G X Cantalapiedra.
Eran noches tormentosas
entre los rayos tan serios,
fueron sendas escabrosas
que dejaron sus misterios.
El cielo ardiendo en el alto
entre los rayos más fieros,
en el pecho el sobresalto
al ver esos negros fueros.
Desde Los Altos de Ayllón
con la tormenta de miedo,
puedes sentir la pasión
que puede darte el enredo.
Los misterios de sus curvas,
con relámpagos y truenos,
las tormentas tan absurdas
van soltando sus venenos.
Quieres imponer tu prisa
en aquel lugar de miedo,
la noche lanza esa brisa
que corre a nivel del suelo.
Si miras el horizonte
no logras hallar consuelo,
sus paisajes son resorte
de ver tu coche con vuelo.
Cuando miras el contorno
temes ver el alto cielo,
sin divisar el retorno
lograras el desconsuelo.
La noche sigue gritando,
Los Altos marcan sus truenos,
vi la tormenta agitando
entre los negros infiernos.
Voy camino de Peñalba
más cerca del río Duero,
el misterio sobresalta
en tierra de romancero.
G X Cantalapiedra.
