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DEZA: Son víctimas del desarraigo que nuestra sociedad produce...

Son víctimas del desarraigo que nuestra sociedad produce de forma descarnada. Suelen tener alguna tara mental o, simplemente, a fuerza de fracasos y desesperanza, terminan en el alcohol o la droga. El denominador común es la pérdida de autoestima. Cuando pierden la vergüenza una vez, posiblemente en estado de euforia, ya lo tienen mas fácil para mendigar, engañar, robar, prostituirse... La mayoría de la gente no los quiere a su lado porque van sucios, piden, insultan y, ya saben: “Donde no hay nada a ganar, las pérdidas están cerca”. Esto que es grave que suceda entre personas desprovistas de sensibilidad social, cobra verdadero dramatismo cuando lo hacen desde las instituciones públicas, privadas o religiosas. En ocasiones una palabra amable, una sonrisa, un viso de esperanza, es suficiente para obtener su comprensión y agradecimiento; pero sucede pocas veces y se vuelven desconfiados, escépticos; muy críticos. Algunos todavía son recuperables si les proporcionas un trabajo que no requiera demasiado currículo; pero muy pocos tienen la constancia de llevar una vida ordenada, porque: “Cuando se pierden los papeles” es muy difícil recuperar el equilibrio psíquico y tener un comportamiento digno. Estamos poco preparados para aguantar a nadie que no pague. Últimamente hemos conocido a varios y cada uno ha respondido de forma distinta: Ignacio cuida con celo a un amigo tetrapléjico; es dudoso que deje el alcohol por completo, pero había que darle esta oportunidad. Pedro lleva cuatro años conviviendo con un demenciado que vivía alimentándose con los restos conseguidos en los cubos de la basura; éste ha conseguido dar sentido a su vida y hacer del enfermo una persona “casi” normal
A Joaquín le proporcionamos un billete a Barcelona para que se integrara en una escuela de formación profesional de la Generalidad. Patricia, a quien habíamos conseguido como al anterior un lugar donde comer y dormir, se ha echado a la calle con un proxeneta que la explota, haciendo lo que antes hacía; posiblemente lo único que ella piensa que sabe hacer. Algunos nos visitan para demandar trabajo, aunque sabemos que, la mayoría de las veces, solo esperan de nosotros una palabra cariñosa, un poco de esperanza. Hay otros que, siendo conscientes de su situación, necesitan integrarse. Es aquí donde los que nos dedicamos a temas sociales debemos hacer un gran esfuerzo para evitar que pasen esa frágil barrera que los convierta en irrecuperables.
Respuestas ya existentes para el anterior mensaje:
Gracias, José-Luis, por enviar este mensaje. Los que hacéis el trabajo humanitario por amor sois la luz que aún alumbra esta sociedad tan injusta, donde el consumismo, el tener más que el ser parece que es lo único que cuenta. Y encima, a veces tenéis que recibir la imcomprensión, cuando no los insultos de los que confunden las ONG's dignas, con algunas otras que son montajes -que las hay- y os meten en el mismo saco