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DEZA: Siempre me han atraído los museos. He tenido la suerte...

Siempre me han atraído los museos. He tenido la suerte de visitar las más famosas pinacotecas del mundo, como son el museo Vaticano, el Louvre y el museo Británico; este año, en Julio, visitaré d. m. la del Hermitage de San Petersburgo. Sin embargo, quizás porque lo conozco mejor, me quedo con el museo del Prado. Es de los más importantes y rico en cuadros de los grandes maestros europeos de los siglos XVI al XIX. Allí se exponen cuadros de Goya, Velázquez, Rubens, Tiziano, Murillo, el Greco, por citar algunos. Debido al espacio no todas las obras pueden ser exhibidas, -solamente se exponen unas 900 de las cerca de 8.000 que posee-.
Y digo que conozco este museo porque hace tiempo acompañaba a un buen amigo, que pintaba allí como copista. Dicen que realizar esas copias es la mejor manera de aprender, y dicho museo admite copistas, siendo el único al que estos acuden, puesto que otros o no los admiten, o no tienen solicitudes. Acudíamos cada tarde provistos del lienzo, porque el caballete lo proporciona el museo, y el precio era simbólico; creo que cobraban 250 ptas al año y 100 por cada cuadro copiado. Los funcionarios nos exigían silencio y respeto por el gran número de visitas que reciben y otro requisito muy importante: que el cuadro copiado debería tener dimensiones muy distintas al original- quizás para evitar cambiazos-.
Mientras él pintaba, yo recorría las galerías descubriendo cada día cuadros maravillosos, como aquellos de Fra Angélico que me llamaban tanto la atención por su colorido y belleza.
Recuerdo dos de los cuadros que mi amigo copió: el célebre de Goya que representa a Saturno devorando a su hijo y el Cristo de Velázquez. El primero corresponde a la época de pinturas negras del gran pintor aragonés y representa a Crono o Saturno en el acto de devorar a uno de sus hijos, porque, según la mitología, se comía a sus recién nacidos por temor a ser un día destronado por alguno de ellos.
Pero por el que yo tenía especial predilección era por el segundo: El Cristo de Velázquez. Quizás estaba influido por aquellos versos que me hicieron aprender de memoria cuando estudiaba humanidades, aquellos versos de Gabriel y Galán que nunca he olvidado:
Lo pintó cuando estaba dormido,
porque sólo en las sombras del sueño
se nos dan las sublimes visiones,
se nos dan los divinos conceptos….
Y al conjuro bajaron los ángeles,
y al artista inspirado asistieron,
su paleta cargaron de sombras
y luces del cielo,
alzaron el trípode,
tendieron el lienzo,
y arrancándose plumas de raso
de las alas, pinceles le hicieron…..
En fin amigos, que es un bonito recuerdo y, como he dicho en alguna ocasión, muchas personas recordamos el pasado lejano con más nitidez que el pasado presente.
Un saludo


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