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DEZA: Una mañana de primavera, hace muchos años, ocurrió...

Una mañana de primavera, hace muchos años, ocurrió un acontecimiento que cambiaría la vida de los niños y de los adolescentes de Deza: nos sacaron de la escuela para presenciar la inauguración del Hogar Rural del Frente de Juventudes. Nos formaron en filas y nos condujeron hasta la casa-fortaleza de los Finojosa, bajo el arco, lugar donde estaba ubicado el local destinado al efecto. Al pasar por la plaza, observamos asombrados a docenas de chicos uniformados con camisa azul y boina roja, que habían sido conducidos en camiones desde Soria para dar solemnidad al evento.
Aunque parece que este es un tema “tabú” del que nadie quiere tratar, yo quiero romper una lanza a su favor, porque aquello significó un drástico cambio en la educación y las costumbres de los chicos del pueblo. Sé que alguno me puede llamar facha, pero es un capítulo de los recuerdos de mi niñez y no trato de hacer apología de ninguna doctrina.
Sé que, en estos tiempos, muchos no estarán de acuerdo conmigo, pero creo que entonces todos participamos de las ventajas que supuso para nosotros aquella novedad. Por aquellos años de la dictadura, en la escuela ya era obligatoria la Formación del Espíritu Nacional y nos hacían cantar el “Cara al sol” todos los días al izar y arriar banderas, formados en filas frente al mástil colocado en la olma junto a la explanada de las escuelas. Y digo que todos participamos entonces, aunque algunos lo nieguen y digan que se sentían obligados por las circunstancias de aquellos tiempos y que, en muchos casos, es cierto. Realmente era pesado aquello de aprender canciones patrióticas, memorizar y comentar consignas, elaborar murales y aprender canciones patrióticas cuya letra hablaba de camaradería o de luchar para reconquistar el “Peñón Irredento”, pero todos habíamos de participar.