Esto huele a cuerno quemado, que es lo mismo que decir que aquello huele...a cuerno quemado. Pero este no el caso; aquí huele a gloria. Huele a cuerno hecho de masa de harina de trigo, de sardinas arenques, de paciencia y de amor. Por poco que tengas desarrolados los sentidos de la vista, el gusto el tacto, disfrutarás como un sibarita degustando esta delicia que en nuestro pueblo de Deza se llama cuerno. Hace muchos años que mi madre nos hizo el último y todavía lo siento en mis vias sensoriales, de la misma manera que si fuese ayer. Ahora están de moda las pizzas y las lasañas; pero no tienen ni punto de comparación con nuestro cuerno. Yo también he probado otras especialidades hechas con salchichas y verduras que se hacen en otras partes; pero como nuestro cuerno ninguna. ¡Viva el cuerno de Deza, amigos dezanos...!
