El Monte Pedroso, DEZA

EL MONTE PEDROSO

El monte del Pedroso - creo que lo conocemos todos los dezanos – está situado al este del término de Deza y su falda, ya en lo llano, limita con la provincia de Zaragoza, por el lado por donde sale el sol, el Este. Es un pequeño promontorio aislado, que hasta hace pocas décadas era un monte espeso que ocupaba muchas de las tierras de labor, que lo rodean, actualmente.
Seguro que se llama Pedroso, por los cantos que lleva en la composición del terreno; pero tampoco es para tanto pues si a este lo llamamos así, ya veremos como llamaremos a los Caladizos, Cortes, Llanos del peñón, Cañadillas…etc. que no tienen casi tierra al estar formados, generalmente, por rocas.
Yo lo comparo a una ballena navegando en el mar con un ballenato al lado. El mar es el campo lleno de olas, que lo rodean. y el, ballenato, su hijo, el pedrosillo.
La caza siempre ha sido su fuerte y en este pequeño trozo de geografía, Dios sabe las libres, conejos, torcazos y otras cazas, que se han cobrado y los miles de cartuchos que se han disparado sobre sus lomos.
En la poesía hay una cosa que no es verdad. Me costaba encontrar la palabra que rimara y tuve que echar mano de ella para salir del apuro. Creo que os habréis dado cuenta y es la de chaparros. En el Pedroso no hay ni un solo chaparro; pero creo que esto no tiene importancia. Si llegara a nacer alguno, que no me echen la culpa a mí pues yo no lo he plantado.
El Pedroso era un criadero de picarazas y de paloma torcaz, que nosotros llamamos torcazos. Se comprende que fuera así, al ser una isla en medio de un océano de sembrados y sin ningún depredador, en el entorno, que les hiciera la competencia. Hoy en día es raro encontrar un solo nido de ninguna clase, debido a los plaguicidas que se usan, en los campos y que han acabado con la mayoría de las aves. A esto llamamos progreso…
Esta poesía está dedicada a José Gil Laguna- el Romero- que fue el que me sugirió que hiciese una poesía sobre el Pedroso.

EL PEDROSO
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El Pedroso es muy común
como hay otros muchos cerros
pero yo quiero cantar
los parajes de mi pueblo.
Y hoy le ha tocado al Pedroso
y aunque no es grande y famoso
contempla desde una raya
a dos reinos poderosos
que en los tiempos medievales
siempre fueron muy rivales
y que al correr de los tiempos
serán dos comunidades:
La de Castilla-León
y la llamada Aragón.
Si tu te llamas Pedroso
no presumas de tus piedras
pues de los montes de aquí
y del término de Deza
eres el mas pobre y ruin
pues no llenas ni un capazo:
Recogiendo todas juntas
no llegan para un ribazo.
Pero tu sientes orgullo
al contemplar desde aquí
tanta tierra aragonesa
de la Castilla Manchega
y de Castilla la Vieja.
Y este campo tan hermoso
que como mar proceloso
te permite navegar
como si fueras ballena
y llevar siempre a tu lado
como el ballenato va
con la madre a su costado,
el hijo que ella ha alumbrado.
Tal sería el Pedrosillo
que es una prolongación
donde acabas como monte
en las tierras de labor.
Eres un pequeño grano
de la sierra de Miñana.
De la cordillera Ibérica,
una pequeña montaña.
Y tu puedes contemplar
a los venteros de Tanas
Campoalavés y del Yero
y a todos los labradores
seteros y belloteros
de La Alameda, Bijuesca,
Peñasquillos, Torrijanos,
también de los Cihuelanos
de Villalengua y de Embid
y como no, los Dezanos
que no dejan de labrar
de segar y de cantar
en esos hermosos campos
que se ríen tan ufanos
cuando pasan los tractores
y reciben de sus rejas
cosquillas, con los arados.
Y el vuelo de la avutarda
del sisón y la perdiz
de la paloma torcaz
picaraza y codorniz
y el pastar y las corridas
de la liebre y el conejo
del ciervo y el jabalí
te hacen sentirte feliz
pues siempre diste la mano
y cobijo como hermano
cuando buscando tu amparo
los escondes en tu seno
de chaparras y chaparros
a cambio de recibir
a toneladas el plomo
que tiran los cazadores
encima, tus gruesos lomos.
Allá lejos el Moncayo
te contempla con envidia
pues no tiene a su costado
el Vigas de la Veguilla
ni los Santos de Torrijo
ni la Virgen de la Sierra
Peñalcazar, plaza fuerte
ni un San Roque, todos cerca
que vigilan y protegen, estas tierras.
Y es que el Predroso señores
es monte de mucha miga
y sólo falta que en él
se descubriera una mina
que al menos, fuera de oro
o diamantes …puñeta
que hiciera famoso el monte
y a todo el pueblo de Deza.
Y las piedras del Pedroso,
piedras preciosas lo fueran
y los pedruscos que hay
(que caven en una cesta)
sirvieran para adornar
el ribazo de una acequia
de las que pasan tan cerca
donde buscaran cobijo
el ardacho y las culebras
que a la parte la solana
buen solecito…. les diera.

Dedicada a José Gil “ El Romero”, promotor de la idea de esta poesía.

Vicente González Aleza
Me ha llamado la atención, en este relato de pefeval, la letra de las canciones que cantaban, por cuanto en aquellos tiempos, sin la difusión de los medios de comunicación actuales, incluído este de internet, los cantares pasaban de boca en boca de unos pueblos a otros. Y me ha agradado sobremanera, por cuanto, desde joven, a veces en directo -las menos- y otras en cinta, primero, y luego en disco, CD, posteriormente, estas letras las he oído en boca de nuestro magnífico y ya veterano grupo de música...
Nosotros teníamos una viña en el Caminegro, lindando con Aragón, tierra de buenos vinos. No obstante como estaba en el llano, las uvas no eran de las buenas; las había mejores. Pero donde empezaban a maduraban bien y con buen grado alcohólico, era a partir del Rio Carabán, tanto en la humbría como en la solana, tierras pizarrosas y terreno muy seco. Era aquí donde estaba la raya de los buenos vinos.

Con el tiempo y al faltar la mano de obra joven, las viñas se fueron arrancando, hasta no quedar...
Hubo un tiempo en que en Deza abundaban las viñas. Yo recuerdo aquellas largas temporadas de vendimia en el llano del Pedrooso, del Caminegro o del Palancar, cuando el cierzo y el ábrego porfiaban con fuerza y la lluvia o la nieve te aterían el cuerpo y, con las manos inmovilizadas por el frío, porque entonces nadie llevaba guantes, tratabas de cortar los racimos con aquellos gañivetes de punta retorcida. Hubo un año en que, después de casi dos horas de camino, llegabas a la viña, preparabas los...