AQUELLA NOCHE DE MIEDO
Aquella noche, cómo otras muchas noches, aquella pareja de novios, que preparaban su futuro matrimonio, decidieron ir con su coche, hasta la proximidad de aquel Castillo, medio en ruinas, aunque aquella noche les resulto, bastante temerosa, ya que empezaron a ver desde dentro del automóvil, una luz en el cielo, que parecía brillar mucho más que cualquier estrella, y sin perderla de vista ni un solo momento, empezaron a verla cada vez, mucho más grande y potente, al principio pensaron, que era un helicóptero, pero no podían escuchar ningún ruido, de motores en marcha, y la radio de su coche, la habían parado para poder dialogar, durante varios minutos contemplaron, que la luz parecía acercarse a su vehículo, y en un momento su claridad profunda, les hizo sentir verdadero miedo, pero no eran capaces en aquellos instantes, de poder arrancar su coche, y quedándose inmóviles dentro del automóvil, esperaron para ver que es lo que podía pasar. La luz de ráfaga alumbraba la muralla del Castillo, y sus piedras parecían mucho más blancas con aquella luz inmensa, quisieron mirar hacia el cielo, y solo vieron oscuridad, con un pequeño ruido cómo de silbato, sin poder apreciar cuál era el vehículo que soltaba tan inmensa luz, la pareja muerta de miedo, sin poder ni siquiera hablar, del tema que tenían en su entorno, y en aquella oscuridad de las diez de la noche, de un día del mes de febrero, ocultaban su miedo a lo desconocido, de pronto vieron cómo un pequeño aparato volador, pasaba por delante de ellos, este apenas metía ruido y solo llevaba unas luces en su contorno, que parecían de distintos colores, el vehículo paso rápido por delante de ellos, y después parece que dio varias vueltas sobre el lugar que ocupa el Castillo, que se encuentra a unos 500, metros de la localidad, que tan solo tiene dos vecinos, y que en dichas horas parece que están en sus casas metidos, sin tener contacto con nada del exterior. La pareja de jóvenes, se quedaron perplejos, al lado de ellos existían ciertos cortes del terreno, que parecían lugares imposibles de pasar o de cruzarlos, ya que son hocinos, de mucha profundidad, y el Castillo se encuentra en la parte opuesta, parece ser que la pareja de novios, cuando pensaron que todo había terminado, de aquel momento de susto, decidieron poner su coche en marcha, pero el vehículo no hacia intención de arrancar, parece ser que los campos magnéticos, le habían dejado a la batería completamente sin carga, el joven novio que era el conductor del automóvil, decidió acercarse hasta el pueblo de los dos vecinos, y su joven novia se marcho con él para encontrar ayuda, después de llamar en la puerta de un vecino, este desde dentro de la casa le pregunto que quien era, y le comento que era del pueblo de al lado, entonces el vecino que conocía a su familia, se decidió sacar su tractor agrícola, para con sus cables de arranque, intentar poder solucionar el problema de los dos jóvenes, que no fue nada fácil, pues el mismo tractor al pisar donde estaba aparcado el coche, noto cómo se desaceleraba su motor, teniendo que con el acelerador de mano del tractor, mantener sus constante revoluciones, colocados dichos cables, parece que el automóvil inicio su arranque, eso sí con unos ruidos extraños de motor desregulado, pronto empezaron su regreso hacia su pueblo, dándole las gracias aquel hombre solitario del pueblo medio desierto, aunque no habían terminado sus problemas, ya que un nuevo aparato, está vez un poco mayor de tamaño, les dio varias pasadas en la carretera, y dejándoles a oscuras y sin batería para sus luces y radio. y dejando su coche tirado, junto a la pequeña cuneta, de aquella carretera comarcal estrecha. Los dos jóvenes sin saber qué hacer, si apearse del coche, y continuar andando, o quedarse en el coche, hasta ver que pasaba con aquellas naves desconocidas, que les apagaban las luces y la fuerza de la batería, con sus campos magnéticos. Esperaron cómo unos diez minutos, dentro de su coche, y por fin decidieron ir caminando, hasta llegar a su pueblo, cosa que lograron, llenos de miedo y terror, sin poder contar su verdadera aventura a la familia, ya que si lo hacían, les tomarían por locos, o por lunáticos, y eso en los pueblos es lo peor, que le puede pasar a cualquier persona, por eso la historia de terror y miedo, quedo callada en su amargo silencio…. G X Cantalapiedra.
Aquella noche, cómo otras muchas noches, aquella pareja de novios, que preparaban su futuro matrimonio, decidieron ir con su coche, hasta la proximidad de aquel Castillo, medio en ruinas, aunque aquella noche les resulto, bastante temerosa, ya que empezaron a ver desde dentro del automóvil, una luz en el cielo, que parecía brillar mucho más que cualquier estrella, y sin perderla de vista ni un solo momento, empezaron a verla cada vez, mucho más grande y potente, al principio pensaron, que era un helicóptero, pero no podían escuchar ningún ruido, de motores en marcha, y la radio de su coche, la habían parado para poder dialogar, durante varios minutos contemplaron, que la luz parecía acercarse a su vehículo, y en un momento su claridad profunda, les hizo sentir verdadero miedo, pero no eran capaces en aquellos instantes, de poder arrancar su coche, y quedándose inmóviles dentro del automóvil, esperaron para ver que es lo que podía pasar. La luz de ráfaga alumbraba la muralla del Castillo, y sus piedras parecían mucho más blancas con aquella luz inmensa, quisieron mirar hacia el cielo, y solo vieron oscuridad, con un pequeño ruido cómo de silbato, sin poder apreciar cuál era el vehículo que soltaba tan inmensa luz, la pareja muerta de miedo, sin poder ni siquiera hablar, del tema que tenían en su entorno, y en aquella oscuridad de las diez de la noche, de un día del mes de febrero, ocultaban su miedo a lo desconocido, de pronto vieron cómo un pequeño aparato volador, pasaba por delante de ellos, este apenas metía ruido y solo llevaba unas luces en su contorno, que parecían de distintos colores, el vehículo paso rápido por delante de ellos, y después parece que dio varias vueltas sobre el lugar que ocupa el Castillo, que se encuentra a unos 500, metros de la localidad, que tan solo tiene dos vecinos, y que en dichas horas parece que están en sus casas metidos, sin tener contacto con nada del exterior. La pareja de jóvenes, se quedaron perplejos, al lado de ellos existían ciertos cortes del terreno, que parecían lugares imposibles de pasar o de cruzarlos, ya que son hocinos, de mucha profundidad, y el Castillo se encuentra en la parte opuesta, parece ser que la pareja de novios, cuando pensaron que todo había terminado, de aquel momento de susto, decidieron poner su coche en marcha, pero el vehículo no hacia intención de arrancar, parece ser que los campos magnéticos, le habían dejado a la batería completamente sin carga, el joven novio que era el conductor del automóvil, decidió acercarse hasta el pueblo de los dos vecinos, y su joven novia se marcho con él para encontrar ayuda, después de llamar en la puerta de un vecino, este desde dentro de la casa le pregunto que quien era, y le comento que era del pueblo de al lado, entonces el vecino que conocía a su familia, se decidió sacar su tractor agrícola, para con sus cables de arranque, intentar poder solucionar el problema de los dos jóvenes, que no fue nada fácil, pues el mismo tractor al pisar donde estaba aparcado el coche, noto cómo se desaceleraba su motor, teniendo que con el acelerador de mano del tractor, mantener sus constante revoluciones, colocados dichos cables, parece que el automóvil inicio su arranque, eso sí con unos ruidos extraños de motor desregulado, pronto empezaron su regreso hacia su pueblo, dándole las gracias aquel hombre solitario del pueblo medio desierto, aunque no habían terminado sus problemas, ya que un nuevo aparato, está vez un poco mayor de tamaño, les dio varias pasadas en la carretera, y dejándoles a oscuras y sin batería para sus luces y radio. y dejando su coche tirado, junto a la pequeña cuneta, de aquella carretera comarcal estrecha. Los dos jóvenes sin saber qué hacer, si apearse del coche, y continuar andando, o quedarse en el coche, hasta ver que pasaba con aquellas naves desconocidas, que les apagaban las luces y la fuerza de la batería, con sus campos magnéticos. Esperaron cómo unos diez minutos, dentro de su coche, y por fin decidieron ir caminando, hasta llegar a su pueblo, cosa que lograron, llenos de miedo y terror, sin poder contar su verdadera aventura a la familia, ya que si lo hacían, les tomarían por locos, o por lunáticos, y eso en los pueblos es lo peor, que le puede pasar a cualquier persona, por eso la historia de terror y miedo, quedo callada en su amargo silencio…. G X Cantalapiedra.
