continua
De la carretera al pueblo es un vergel, las huertas en otro tiempo todas sembradas, llenan de color y frescor todo el camino a uno y otro lado, hasta llegar al puente sobre el río Milanos que adorna la entrada al pueblo.
Justo antes de cruzar el río hay un camino a la derecha que nos lleva al viejo molino, tan importante en la historia de Blacos,él aparte de cumplir las funciones propias de molino, era también la fuente de energía que suministraba luz eléctrica a las calles y casas. Por supuesto esta joya ecológica de economía sostenible era municipal.
Nada mas pasar el puente, había un camino por la izquierda que bajaba hasta el río, donde estaba la fuente de la que con cántaros, botijos y calderos se suministraban de agua potable todos los vecinos. Este era uno de los lugares de encuentro diario obligado, sobre todo de la chavalería, ¿CUÁNTOS CÁNTAROS Y CUÁNTOS CORAZONES SE ABRÁN ROTO AQUI?
Si en vez de bajar al río por la izquierda bajáramos por la derecha iríamos al lavadero, y no es que aquí hubiera un edificio al respecto,! NO!, simplemente en todo el trayecto, desde un poco después del pozo de Los Burros, hasta un poco antes del puente viejo, se alineaban una junto a otra las tablas de lavar, con sus cojines para arrodillarse frente al río y como si de una oración diaria se tratase las mujeres lavaban sus ropas, para después con los cubos a la cabeza regresar a casa para tenderlas al sol. Toda la vida del pueblo pasaba por aquí; los chascarrillos, las penas y las alegrías, los amores y los odios, pero todas juntas en el mismo sitio, en el río.
De la carretera al pueblo es un vergel, las huertas en otro tiempo todas sembradas, llenan de color y frescor todo el camino a uno y otro lado, hasta llegar al puente sobre el río Milanos que adorna la entrada al pueblo.
Justo antes de cruzar el río hay un camino a la derecha que nos lleva al viejo molino, tan importante en la historia de Blacos,él aparte de cumplir las funciones propias de molino, era también la fuente de energía que suministraba luz eléctrica a las calles y casas. Por supuesto esta joya ecológica de economía sostenible era municipal.
Nada mas pasar el puente, había un camino por la izquierda que bajaba hasta el río, donde estaba la fuente de la que con cántaros, botijos y calderos se suministraban de agua potable todos los vecinos. Este era uno de los lugares de encuentro diario obligado, sobre todo de la chavalería, ¿CUÁNTOS CÁNTAROS Y CUÁNTOS CORAZONES SE ABRÁN ROTO AQUI?
Si en vez de bajar al río por la izquierda bajáramos por la derecha iríamos al lavadero, y no es que aquí hubiera un edificio al respecto,! NO!, simplemente en todo el trayecto, desde un poco después del pozo de Los Burros, hasta un poco antes del puente viejo, se alineaban una junto a otra las tablas de lavar, con sus cojines para arrodillarse frente al río y como si de una oración diaria se tratase las mujeres lavaban sus ropas, para después con los cubos a la cabeza regresar a casa para tenderlas al sol. Toda la vida del pueblo pasaba por aquí; los chascarrillos, las penas y las alegrías, los amores y los odios, pero todas juntas en el mismo sitio, en el río.
