MUÑOPEDRO: A la salida de Muñopedro, dirección Jemenuño, alguien...

A la salida de Muñopedro, dirección Jemenuño, alguien tuvo la idea de hacer un parque, plantar unos avellanos, olmos, castaños, algún serval y colocar dos bancos. Uno mirando al saliente y otro al poniente, por donde el encanto natural del sol al salir y al ponerse, ofrece un espectáculo casi a diario.
La vista se abre, vuela por encima del pueblo en busca del horizonte que forma la sierra de Guadarrama y Gredos. No hay infinito que anule la distancia, sino un marco natural que guarda y resalta la obra delimitada para que centrado en ella se disfrute de un espectáculo único, digno de grabar en la memoria y en las regiones del espíritu. Un paisaje natural donde se desarrolla otro más profundo que es el paisaje cultural del hombre, con sus fantasías y la imaginación que las engendra entre un mundo que vive y otro que lo sueña y hacen realidad la vida.
De día con la incomparable luz de Castilla, de noche te lleva a la región de las estrellas ofreciéndole un paseo por las constelaciones y a soñar.

Sentarse a observar ya es grandioso,
la mente necesita paz, dulzura,
el corazón descanso generoso.
¡Que parpadeen los luceros a oscuras

tras dorar crepúsculos luminosos!.
Armonía es su potencial vestidura
y es acto de amor misterioso
que mezcla nuestra razón y locura.

Olimpo de imaginación a punto,
desear y soñar el sueño vivido
para conferir valor al asunto,

Subsume, escudriña luego al conjunto,
paisaje de mujer y hombre sufridos,
luz de Castilla, silencio, sonido.

Muñopedro, septiembre 2022
Rufino Rodado Pérez.