LAS ABUELAS SALMANTINAS
Yo las voy a describir
las abuelas de Salamanca,
lo mismo planchan un huevo
que fríen una corbata.
Y le enseñan a las hijas
cómo tienen que “adobar”,
¡si no sale a la primera
a la segunda saldrá!
Pues para hacer la matanza
lo primero y principal,
el pañuelo en la cabeza
y las manos bien “lavas”
¡El pimentón de la Vera!
que es como tiene que ser,
y el aceite de primera
con sus hojas de laurel.
La tripa hay que apretarla
y pinchar, que salga el aire,
porque si quedan vacios
después no los quiere nadie.
Y cuando se estén secando
con el humo de la chimenea,
con la caña hay que bailarlos
que es como mejor se orean.
¡Las abuelas Salmantinas
que balen un potosí,
lo mismo la de un joyero
que de un peón albañil!
Pa. Sa. Ma.
Yo las voy a describir
las abuelas de Salamanca,
lo mismo planchan un huevo
que fríen una corbata.
Y le enseñan a las hijas
cómo tienen que “adobar”,
¡si no sale a la primera
a la segunda saldrá!
Pues para hacer la matanza
lo primero y principal,
el pañuelo en la cabeza
y las manos bien “lavas”
¡El pimentón de la Vera!
que es como tiene que ser,
y el aceite de primera
con sus hojas de laurel.
La tripa hay que apretarla
y pinchar, que salga el aire,
porque si quedan vacios
después no los quiere nadie.
Y cuando se estén secando
con el humo de la chimenea,
con la caña hay que bailarlos
que es como mejor se orean.
¡Las abuelas Salmantinas
que balen un potosí,
lo mismo la de un joyero
que de un peón albañil!
Pa. Sa. Ma.
Muy bonito.
