En la
Catedral Vieja.
La
capilla de
Santa Catalina o del Canto data del Siglo XII pero reformada y ampliada en el XV para colocar una rica
biblioteca donada por el obispo Vivero, cuando se cubre con esta magnífica
bóveda de crucería, los angelitos allí representados en los nervios, “que tocan instrumentos y nos sitúan en el
cielo, la
música nos eleva al lugar donde vive Dios y vivirá con Él toda la humanidad al final”.
Estos ángeles se transforman en querubines cuando están ante la presencia de
Cristo Resucitado. Como subraya el responsable del servicio de Patrimonio, esta es una manera de recordar que, dentro de la biblioteca. sus ménsulas, “que recogen los nervios de las
bóvedas, donde están unos ángeles con
escudos, entre ellos, el de Santa Catalina, el de Castilla o el de la
familia Vivero”.
Este es uno de los pocos ejemplos arquitectónicos del Siglo XV conservado en la ciudad.