Alabardas de bronce. Desde el neolítico se utilizaban dagas de piedra. Las alabardas de bronce de seis hojas son el resultado de una combinación de puntas de lanza y dagas. Juntas se adherían a una vara de madera que media entre 1,20 y 2,80 metros. Estas alabardas fueron hasta la era de Hang, el arma más importante de la infantería y los aurigas.