Amigo: Estoy totalmente de acuerdo con esas confesiones que haces. “Somos un pueblo maldito” y necesitamos volver a nacer de nuevo. Yo he tomado una aptitud rebelde en tanto a ir a votar, llevo tiempo practicando un boicot a esas llamadas de borregos adiestrados hasta que se sensibilicen por el pueblo llano y nos presenten resoluciones piadosas para aquellos que esperan ser remplazados de la vida laboral con la dignidad y el respeto de quien ha dejado su salud y su cooperación en el intento de enriquecer y mejorar su clase social como al global de todo un pueblo. No se tiene miramiento de esas personas que han ejercido en trabajos penosos y, marcar una jubilación para estos más prolongada, sólo tiene una lectura; terminar con ellos antes de que puedan recaudar las reservas que les han hurtado esos codiciosos enfermos. Sobran pensionistas para poder seguir metiendo la mano ¡muerte para ellos ¡¿Qué sabe quien trabaja sentado de esos doloridos cuerpos? Y otras muchas injusticias que ignoran los que tanto imparten leyes sin justicia en ello. ¡Qué no queremos políticos! Que para hacer este viaje mejor estamos sin ellos. Un administrador para despachar los recados que, con apaño de cualquier aportación puntual, resuelva cuanto necesita la buena marcha de nuestro pueblo. Sean los convecinos implicados consejeros y tesoreros ¡Y el que quiera peces…!
Saludos
Saludos
