Mi abuelo era una persona que se relacionaba con todo el mundo y se adaptaba muy bien a las circunstancias, pero no era un hombre de estarse quieto en
casa, tampoco lo era de andar de
bares, aunque no los desdeñaba. Si la cosa se terciaba y estaba en buena compañía, también sabía alternar. Era muy sociable y tenía un gran interés por conocer y saber.
Como ya conocemos, de
joven, había emigrado al extranjero donde realizó diversos trabajos agrícolas e industriales, permaneciendo varios años lejos
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