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ALDEASECA DE LA FRONTERA: AQUELLAS OTRAS PERSONAS...

AQUELLAS OTRAS PERSONAS

(CONTINUACIÓN 7ª Y FINAL)

DON LUIS DE POZALDEZ:-

-A ± 42 Kms. de Valladolid, se halla Pozaldez en una amplia zona de Tierras de Medina en confluencia con la Tierra de Pinares, dominada por el mudéjar,- Alcazaren, Mojados, Bobadilla del Campo, Olmedo, etc.-, estilo arquitectónico de fuertes influencias árabes, de todos conocido, que tiene como denominador común el ladrillo.

-Aunque pueblo esencialmente agrícola y ganadero, su viñedo tuvo gran importancia allá en siglo 17, cuyos vinos era muy afamados y apreciados, no en vano su toponimia es” Pozal de hez” por su abundancia en vinos, abasteciendo a mesas reales y nobles, influyendo tal actividad grandemente en la prosperidad de la villa. Actualmente su producción vinícola de vinos blancos, -vino verdejo-, está acogida a la “D. O. DE RUEDA”.

-En este pueblo nació DON LUIS. Cuentan los convecinos que más le conocieron y trataron, que tuvo una infancia y adolescencia dura y difícil, practicando diversas actividades, desde carretero como ayuda paterna, actividad que ejercía su progenitor, a acarreador de agua y vendimiador, ocupación de la que era rechazado por su endeble condición física y escasa habilidad con el manejo del cuévano.

-Era regordete, de muy baja estatura, semblante risueño y bonachón, humilde y sencillo de condición, temperamento pacífico, moderado y templado, gentil, adulador y halagador con las damas, cariñoso y tierno con los niños, cándido, simple y seráfico, vaga errante y bohemio por caminos y pueblos castellanos con su diminuta y solitaria figura, ataviado con larga chaqueta por debajo de las rodillas, tocado con negra boina, cayado defensivo en mano, manta protectora de fríos y alforjas al hombro, cargadas de ilusión y sonrisas, ofreciendo espectáculo a cambio de voluntad, amistad y cariño.

-Ante esta situación de rechazo laboral por sus carencias tanto físicas como intelectuales, opta por la mendicidad, convirtiéndola en “arte” y en su trabajo como medio existencial, descubriendo en su ingenio que había algo más que ofrecer para pedir y cumplir el objetivo de supervivencia. Sus limitaciones y defectos físicos los convierte en virtudes, extrayendo, en deformación de la realidad desde lo absurdo, grotesco y esperpéntico, situaciones prácticas y útiles para su pretendido objetivo vital a través de lo cómico como bufón, juglar y trovador popular, condiciones no expuestas a la mofa y escarnio personales por parte de la concurrencia, sino expresiones exultantes de alegría, distracción, admiración, cariño y respeto de maneras exquisitas y delicadas, transmitidas e irradiadas por su enjuta y diminuta persona.

-Acostumbraba a aparecer, para contento y regocijo de la vecindad, en vísperas de las fiestas patronales u otras señaladas festividades, no descartando fechas imprevistas. Por su personal carácter antes descrito, era cordial y familiarmente recibido con declaraciones de bienvenidas y saludos mutuos, testimoniales de una larga ausencia acumulada de sincero y deseo reencuentro. DON LUIS recordaba el nombre de muchas personas, saludándolas de tal familiar modo, e incluso la confianza y la seguridad que ofrecía su persona, le autorizaban a introducirse en los domicilios de improviso con la complacencia y júbilo de los dueños, interesándose, en cualquier caso, por la situación familiar, su economía, su salud o su trabajo.

-Finalizadas las muestras mutuas de cortesía y respeto, atenciones y sentimientos mucho tiempo contenidos, se iniciaba la función ante un circular y heterogéneo auditorio, -sobre todo niños-, curioso, expectante y ávido de novedades y DON LUIS, componiendo su pequeña estatura con afectados poses y ademanes e imprimiéndola de altanería, arrogancia y teatralidad para dar más expresividad, autenticidad y pulcritud a su “arte”, bailaba con sus cortas piernas y con los brazos en alto contorneaba su cuerpo y giraba a diestra y siniestra extasiado, embelesado y enajenado en trance interpretativo, terminaba con una vuelta en redondo y genuflexo a los pies de la homenajeada y agasajada dama, ante el aplauso y aprobación de la respetable y querida audiencia.

-Su baile y su danza eran la antítesis de la ortodoxia que marcan los cánones de la danza y el canto. Pero… ¡qué importaba!, sino la conexión y la comunicación, -que eran muchas-, entre su gente, expresadas a través de la concepción personal de sus toscas interpretaciones danzarinas y desafinados cantos repletos de apasionados sentimientos.

-Y así, de esta manera, seguido de un cortejo enardecido y alborotador de chavales, escuchando al compás del caminar por las calles sus relatos e historias, llevaba su espectáculo a otro punto del pueblo donde, ya conocida su presencia, se le esperaba ansiada e inquietamente para hacerle el correspondiente recibimiento de bienvenida y disfrutar de su “arte”. Quiero recordar que muchas noches durmió en casa de Isidoro Pescador.

-Pero Alguien con más poder que el humano, poder absoluto, le llamó a su lado para que en el escenario celestial realizara sus interpretaciones en honor y enaltecimiento divino, el día 6 de Enero de 2005, a los 92 años de edad. Se llamaba LUIS GARCÍA MONJE.

-Sirva este recuerdo como homenaje y agradecimiento a tan peculiar y entrañable persona, que tan gratos y agradables momentos me hizo pasar en mi lejana infancia. Y entre muchas coplillas de DON LUIS, ¡ahí va una ¡

“ECHO UN BAILE A ESTAS MOZAS
Y A LOS MOZOS DEL LUGAR,
Y A LOS POBRES LES DESEO,
QUE CASEN BIEN A SUS MOZOS
CON MUCHA FELICIDAD

CONCLUSIÓN

-Eran momentos y épocas donde el bullicioso movimiento y tránsito de personas por las calles del pueblo era manifiesto y patente. Segadores marchando al tajo, cambiando de tierra para segar o regresando una vez finalizada la jornada, o el rapaz de la correspondiente cuadrilla, a lomos de su burro llevando la comida a los segadores, trabajadores en las eras haciendo las funciones de la recolección, carros preparados para ello transportando la mies segada dispuesta para su trilla, o cargados de sacos de grano, producción de la jornada para vaciarlos en las paneras,” arrendaos” que conducían a la hora de la siesta o al caer la noche al redil sus rebaños una vez aprovechada una finca segada, a la par que abonada, -una finalidad del rebaño-, con los excrementos de las ovejas, etc. etc., DON LUIS trayéndonos alegrías, los execrables comportamientos y maltratos infringidos a PORRENCHO, AGUALIMPIA con sus herrajes, los baratillos de CASTAÑUELAS, la presencia del SR: SIMÓN ofreciéndonos el último grito de la cruel moda, REYES anunciando su rica miel y su sabroso pimentón matancero, carboneros, afiladores, vendedores de peras de DON GUINDO. Todos ellos han formado, como ya he dicho al principio, AQUELLAS OTRAS PERSONAS, -quizá de alguna me olvide-, que su presencia no ha sido únicamente fundamental y necesaria para la utilidad y provecho del pueblo desde su fundamento y magnitud económicos, mercantiles y laborales, etc., sino y a su vez, por conexiones y acercamientos de sentimientos compartidos y por lo que la memoria de su presencia ha forjado en personalidades infantiles, viendo transitar por la calles del pueblo a estas personas, que daban, como sujetos y valores sumados al pueblo, viveza, alegría, actividades sociales y trasiego en el movimiento de personas e incluso ocio y entretenimiento a sus gentes a falta de los lejanos televisores, ordenadores, consolas y demás artilugios y menesteres tecno-progresistas. Saludos

¡PAZ Y BIEN!

Paco García Sánchez.- Valladolid (Con cielo cubierto, amenazando lluvia y excelente temperatura)