Otras cuantas palabras de habla típico de la tierra:
Mecal, marcal o gradilla, molde de madera que sirve para hacer adobes, en su interior se echa la masa de barro, mezclada con paja y en algunas zonas con estiércol y cal, para que tome la forma cúbica, y una vez apisonada con la mano se saca el molde, dejando que el adobe se seca al aire y al sol. El barro de tierra de Campos era un barro excelente para el adobe, muy por encima de otros de comarcas próximas.
Chozos, también conocido como caseto o caseta, en principio eran construcciones aisladas en el campo, más tarde se construyeron en la eras donde se trillaba la mies y se separaba la paja del grano, Servía guardar los aperos y herramientas de labranza y para resguardarse en caso de mal tiempo, la planta suele variar, los hay circulares, cuadrados y rectangulares, y va cubierto con dos o cuatro aguas o con cúpula de adobe.
Trullado, embarrado o manta, es el revoque con barro envuelto en paja de los muros o tapias, con lo cual se logra una mayor impermeabilidad frente a la lluvia y se palia los cambios bruscos de temperatura.
Achicharrar, calentar demasiado, referido al calor del sol
Amargacenas, parecido al cierzo, viento de verano que sopla con fuerza, fundamentalmente en el mes de agosto.
Carámbano, superficie del agua congelada tras una helada.
Retestero, sol fuerte y ardiente
Orear, dar al campo el aire con lo que se seca o se le quita la humedad, por extensión cualquier objeto puesto al aire para secarse. Se oreaba los chorizos, la ropa, se abrían las ventanas para que se orease la casa.
Sol del membrillo, el sol de otoño, más concretamente el de septiembre-octubre, como dice el refrán: El sol septembrino madura el membrillo.
Cacho, pedazo pequeño de cualquier cosa
Atizar, remover el fuego de la lumbre o añadirle combustibles, en Campos paja o sarmientos de las viñas, que se guardaban hechos manojos, en este caso sería más útil decir enrojar.
Amodorrado, medio dormido, soñoliento
Cabezada, movimiento de cabeza del que se está durmiendo, por extensión echarse un pequeño sueño en la silla o con la cabeza sobre la mesa.
Mecal, marcal o gradilla, molde de madera que sirve para hacer adobes, en su interior se echa la masa de barro, mezclada con paja y en algunas zonas con estiércol y cal, para que tome la forma cúbica, y una vez apisonada con la mano se saca el molde, dejando que el adobe se seca al aire y al sol. El barro de tierra de Campos era un barro excelente para el adobe, muy por encima de otros de comarcas próximas.
Chozos, también conocido como caseto o caseta, en principio eran construcciones aisladas en el campo, más tarde se construyeron en la eras donde se trillaba la mies y se separaba la paja del grano, Servía guardar los aperos y herramientas de labranza y para resguardarse en caso de mal tiempo, la planta suele variar, los hay circulares, cuadrados y rectangulares, y va cubierto con dos o cuatro aguas o con cúpula de adobe.
Trullado, embarrado o manta, es el revoque con barro envuelto en paja de los muros o tapias, con lo cual se logra una mayor impermeabilidad frente a la lluvia y se palia los cambios bruscos de temperatura.
Achicharrar, calentar demasiado, referido al calor del sol
Amargacenas, parecido al cierzo, viento de verano que sopla con fuerza, fundamentalmente en el mes de agosto.
Carámbano, superficie del agua congelada tras una helada.
Retestero, sol fuerte y ardiente
Orear, dar al campo el aire con lo que se seca o se le quita la humedad, por extensión cualquier objeto puesto al aire para secarse. Se oreaba los chorizos, la ropa, se abrían las ventanas para que se orease la casa.
Sol del membrillo, el sol de otoño, más concretamente el de septiembre-octubre, como dice el refrán: El sol septembrino madura el membrillo.
Cacho, pedazo pequeño de cualquier cosa
Atizar, remover el fuego de la lumbre o añadirle combustibles, en Campos paja o sarmientos de las viñas, que se guardaban hechos manojos, en este caso sería más útil decir enrojar.
Amodorrado, medio dormido, soñoliento
Cabezada, movimiento de cabeza del que se está durmiendo, por extensión echarse un pequeño sueño en la silla o con la cabeza sobre la mesa.
