Siempre hubo en Marcilla un sacristán que ayudaba a cantar y a tener a puto la sacristía e incluso la Iglesia por lo que se refiere al orden y a la limpieza, pero no siempre hubo un sacristán-organista. El primer órgano fue un modesto realejo que ya existía a finales del s. XVI.
El primer órgano propiamente dicho que tuvo la Iglesia de Marcilla, fue el que construyó el organero Pedro de Arrebola en 1752 por 10.500 reales, más otros 350 complementarios. Y el organista que lo estrenó fue Eugenio Salomón (Piña), quien tenía como ayudante-aprendiz a Tomás Martínez de 22 años.
Le sucedió Felipe Villegas Carranza (Baltanás), y después José López Muñoz (Abia) 1761-1807. Este tuvo la oportunidad de tocar los dos órganos, el que había construido Pedro de Arrebola en 1752, y el que construyó 45 años después el organero de Sasamón residente en Frómista Tomás Ruiz Martínez por 10.000 reales y el material que vio aprovechable del anterior. Que es el mismo que tenemos en la actualidad, si bien le faltan las trompetas y está sumamente estropeado.
Hasta 1840, la parroquia se podía permitir el lujo de tener un organista y pagarle lo debido. A partir de la fecha indicada anteriormente y sobre todo a primeros del siglo XX resultaba bastante difícil tener un órgano en funcionamiento y un organista que le diera vida (coste del organista como los costes de reparaciones), sucedió en la inmensa mayoría de los pueblos, se dejó de oír en la iglesia esta música dulce, solemne y festiva, y todo se redujo a los servicios de un sacristán que se limitaba a cantar en las misas festivas, entierros, vísperas y oficios de difuntos, como es el último que conocimos a lo largo de casi medio siglo, D. Julián Fernández Rodríguez.
Los organistas que se han ido sucediendo en Marcilla son los siguientes:
• Eugenio Salomón (Piña) 1752-1756
• Felipe Villegas Carranza (Baltanás) 1757-1760
• José López Muños (Abia) 1761-1807
• José López Quintanilla (Boadilla) 1807-1814
• Eugenio Bahillo 1814-1849
• Vicente Fernández 1850-1852
• Lorenzo Ole Pablos 1852-1853
• José Alonso 1853-1873
• Jacinto Moro Moro (Tamariz) 1874-1893
• Cástulo Velo 1894-1900
• Emiliano Bahillo 1900-1904
• Emeterio Maté 1904 (1 mes)
• Juan González 1904-1905 (medio año)
• Julián Gil 1905-1908
• Teodoro Izquierdo Rico 1908 (medio año)
• Gerardo Hermosa 1908-1911
• Hilario Álvarez Estébanez 1911-1913
• Anacleto Barriuso Barcenilla 1915-1917
• Eugenio Blanco Amor (Manquillos) 1917-1919
Este último organista era tan joven que comenzó a los 14 años, ya que había nacido el 15-11-1902, y cuando cumplió los 15, ya llevaba más de de tres meses- Tenía muchísimo porvenir por delante, y si la dotación de Marcilla iba quedando cada vez más pequeña, por la subida del coste de la vida, el órgano cada vez estaba menos a punto, por falta de las reparaciones que iba necesitando. Hasta que al fin dejó de sonar.
Nota: Datos tomados de: “Marcilla huellas del pasado” de D. Fco. Herreros Estébanez.
El primer órgano propiamente dicho que tuvo la Iglesia de Marcilla, fue el que construyó el organero Pedro de Arrebola en 1752 por 10.500 reales, más otros 350 complementarios. Y el organista que lo estrenó fue Eugenio Salomón (Piña), quien tenía como ayudante-aprendiz a Tomás Martínez de 22 años.
Le sucedió Felipe Villegas Carranza (Baltanás), y después José López Muñoz (Abia) 1761-1807. Este tuvo la oportunidad de tocar los dos órganos, el que había construido Pedro de Arrebola en 1752, y el que construyó 45 años después el organero de Sasamón residente en Frómista Tomás Ruiz Martínez por 10.000 reales y el material que vio aprovechable del anterior. Que es el mismo que tenemos en la actualidad, si bien le faltan las trompetas y está sumamente estropeado.
Hasta 1840, la parroquia se podía permitir el lujo de tener un organista y pagarle lo debido. A partir de la fecha indicada anteriormente y sobre todo a primeros del siglo XX resultaba bastante difícil tener un órgano en funcionamiento y un organista que le diera vida (coste del organista como los costes de reparaciones), sucedió en la inmensa mayoría de los pueblos, se dejó de oír en la iglesia esta música dulce, solemne y festiva, y todo se redujo a los servicios de un sacristán que se limitaba a cantar en las misas festivas, entierros, vísperas y oficios de difuntos, como es el último que conocimos a lo largo de casi medio siglo, D. Julián Fernández Rodríguez.
Los organistas que se han ido sucediendo en Marcilla son los siguientes:
• Eugenio Salomón (Piña) 1752-1756
• Felipe Villegas Carranza (Baltanás) 1757-1760
• José López Muños (Abia) 1761-1807
• José López Quintanilla (Boadilla) 1807-1814
• Eugenio Bahillo 1814-1849
• Vicente Fernández 1850-1852
• Lorenzo Ole Pablos 1852-1853
• José Alonso 1853-1873
• Jacinto Moro Moro (Tamariz) 1874-1893
• Cástulo Velo 1894-1900
• Emiliano Bahillo 1900-1904
• Emeterio Maté 1904 (1 mes)
• Juan González 1904-1905 (medio año)
• Julián Gil 1905-1908
• Teodoro Izquierdo Rico 1908 (medio año)
• Gerardo Hermosa 1908-1911
• Hilario Álvarez Estébanez 1911-1913
• Anacleto Barriuso Barcenilla 1915-1917
• Eugenio Blanco Amor (Manquillos) 1917-1919
Este último organista era tan joven que comenzó a los 14 años, ya que había nacido el 15-11-1902, y cuando cumplió los 15, ya llevaba más de de tres meses- Tenía muchísimo porvenir por delante, y si la dotación de Marcilla iba quedando cada vez más pequeña, por la subida del coste de la vida, el órgano cada vez estaba menos a punto, por falta de las reparaciones que iba necesitando. Hasta que al fin dejó de sonar.
Nota: Datos tomados de: “Marcilla huellas del pasado” de D. Fco. Herreros Estébanez.
