Al amanecer nos encontramos este espectáculo sublime. Reflejos de sol en la cumbre del Pico. No ha nevado mucho, pero lo ha hecho sin viento y por eso las matas bajas a las que no ha alcanzado mucho el sol están “enjarizadas”.
La escena tienen tonos rojizos, aunque en ello influye la gran casa de ladrillo que tardaría años en ver enjalbegadas sus paredes. Ella y las edificaciones adyacentes son de un personaje de aquellos tiempos. Si digo su nombre real, pocos sabrían de quien se trata, aquí es difícil no tener otro apellido, el del señor dueño del conjunto se le conocía con el sobrenombre de “Camisina”. Tenía un aserradero en el lugar, se nota en la imagen.
Me puede la nostalgia, porque era un gran hombre. En el conjunto no hay ninguna casa que sobresalga, tal vez el Colegio Nacional y casa “Gallo” se distinguen. Bueno, y el conjunto de chopos conocido por “El Plantío”.
La foto está hecha desde la carretera Cervera-Aguilar, una carretera de las de entonces como se ve en los poyos de piedra que la adornan. Hoy es todo distinto, muy distinto, quizás en las fotos modernas pueda comentarlo.
A la derecha se ve El Castillo pelado, asomando el depósito de agua.

(Enero de 1959)