CASTREJON DE LA PEÑA: Boticario y Amigo...

Boticario y Amigo
Adolfo Aduar regenta la farmacia de Castrejón de la Peña,
una localidad con apenas 400 habitantes. Lo mismo dispensa
un medicamento que arregla un ordenador.
El cura, el maestro, el alcalde y el boticario. En muchos
pueblos estas instituciones lo siguen siendo, aunque su
subsistencia se toma cada día más complicada.
Muchos niños se trasladan a otras localidades porque la
escuela del pueblo ya ha desaparecido, mientras que el pá-
rroco de una población grande recorre durante la semana
varios municipios para cintactar con los feligreses.
La realidad de las farmacias rurales también ha cambiado
respecto a décadas atrás. Su situación económica es difícil
y el futuro algo incierto.
Adolfo Asuar es uno de esos héroes que mantienen abierta
una de las 59 oficinas de farmacia que hay en la provincia.
En la plaza Mayor de Castrejón de la Peña, uma localidad
norteña de poco más de 400 vecinos, este amante del mundo
rural vive una realidad a la que está muy entregado.
"Después de trabajar en muchas farmacias grandes en dis-
tintas poblaciones me surgió esta oportunidad. Mis pa-
dres eran de pueblos pequeños y siempre me gustó el en-
torno rural, así que cogí la mochila y me vine sin
dudarlo", explica.
Y aquí está. Detrás del mostrador de un local cedido
por el Ayuntamiento, lo que hace que los costes sean
muy bajos. Además, " al no contar con trabajadores ese
gasto es nulo, a lo que se suma una "optimización del
gasto de la farmacia. Estos son los trucos con los que
este profesional se mantiene mientras ejerce de far-
maceútico y, muchas veces, "de psicólogo, consultor
tecnológico, informático, todo lo que los vecinos ne-
cesitan", reconoce Adolfo Asuar.
Y es que, lo mismo entrega unas pastillas, que aconseja
sobre un problema dermatológico o arregla los equipos
informáticos del cibercentro del pueblo.
Según explica, la mayporía de los medicamentos que
dispensa son por prescripoción médica. "También dispenso
medicación para patologías menores como resfriados, dolores
leves de cabeza o articulaciones etc", dice.
"Debido al tiempo que les puedo dedicar a mis clientes
siempre practico la dispensación activa, esto es, me
aseguro de que mis pacientes estén correctamente infor-
mados de cómo han de tomar sus tratamientos, durante
cuánto tiempo y la forma correcta de administración".
Pero su labor no queda ahí: "También suelo evaluar la
efectividad de algunos de sus tratamientos". En la
farmacia de Asuar entra al día una media de 20 pacientes.
"Es muy variable. Hay días que sólo vienen dos personas
y otros que entran 30 o 40". En Castrejón no hay consulta
médica todos los dias, por lo que cuando no se atiende
a los pacientes "apenas entran en la farmacia". Lo que
es evidente es la diferencia durante los meses de verano
donde la población aumenta hasta un 100% en Julio y Agosto,
lo que también se nota en la oficina".
Este profesional cree que la labor de los farmacéuticos
rurales "está poco valorada".
No desempeñamos nuestra labor para ganar dinero, sino por
pura vocación de dar un servicio a una población que lo
necesita, servicio que en muchas ocasiones va mas allá
de nuestras funciones.
"Aunque en el ultimo año se han aprobado las ayudas a
las farmacias VEC para incrmentar el margen de beneficio
creo que es insuficiente, Deberían añadirse ayudas para
la contratación de personal auxiliar en este tipo de es-
tablecimientos argumenta Asuar. El farmacéutico de Castrejón
se considera una persona muy trabajadora, por lo que en
ocasiones echa de menos "tener un poco más de carga laboral.
Sobre las diferencias de su profesión en una localidad
grande, Adoldo Asuar cree que allí "la carga de trabajo no
deja tiempo para dedicar tiempo a los pacientes, sin
olvidar que las farmacias grandes en las que priman más
los intereses económicos que los propios pacientes".
Respecto al futuro de las farmacias rurales tiene sus
dudas. "La población en estas zonas está muy envejecida
y las Administraciones no están poniendo de su parte
para solucionar el problema de la despoblación. Me
gusta pensar que no se va a dejar a tanta gente sin la
labor que tan gustosamente realizamos, pero eso sólo
el tiempo lo dirá" argumenta asuar.
"Tenemos el ejemplo de varios países del norte de
Europa en los que se considera a los farmacéuticos
rurales como trabajadores de la Administración para
que las zonas rurales mantengan servicio farmacéutico",
añade.
Además de toda la labor de dispensación, asesoramiento
y ayuda a los vecinos, Adolfo Asuar ha creado un pro-
yecto de una app móvil para facilitar el cumplimiento
terapéutico de los pacientes tratados con Sintrom.
"Es algo que no existe y me parece muy importante
para la calidad de vida de estos pacientes, afirma.
Recogido del Diario Palentino.
Autora: ESTHER MARÍN.


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