Cinco de Enero, la noche Llega lentamente sobre el pueblo de Alar del Rey, los niños impacientes por la llegada de los reyes se despedian con la ilusión brillando en sus ojos. En grupos caminan comentando lo que han pedido a los Reyes hacia los distintos barrios del pueblo, La estación, la Calle del Carmen, La Calle Abilio Canderón, La Casona, Carabanchel, hay que cenar pronto e ir a la cama para dar tiempo a sus Majestades que repartan los regalos.
Ya en casa, los padres animaban con sus palabras, para que el encanto de esa noche fuese especial, cena, y pronto a la cama aunque con pocas ganas de dormir, y las orejas desplegadas para intentar obtener el chirriar de alguna puerta o ventana, que confirmase la llegada de Los Magos con sus regalos. Al momento, el sueño y el cansancio dominaban sobre nuestros cuerpos terrenales, aunque el espiritu siguiese inmerso en la magia de la noche.
Ya de madrugada, el reloj biologico del día de Reyes, sonaba en mi interior para lanzar mi cuerpo fuera de la cama, y seguir hasta el salon donde el zapato que limpió la noche anterior mi madre, estaba oculto bajo los regalos, aunque como siempre, menos o distintos de los que yo pedi en carta escrita con anterioridad.
Ya en el día de Reyes compartia mis regalos con los vecinos y amigos, los cuales hacian los mismo conmigo, hasta la extenuación.
Hoy despues de tantos años, veo con claridad cual era el mejor regalo con el que me obsequiaron año tras año los Magos de Oriente, EL REGALO, SOIS VOSOTROS ALARENSES, ESTEIS DONDE ESTEIS, LOS AMIGOS DE ALAR DEL REY CON QUIENES COMPARTI LOS AÑOS MAS FELICES E INOCENTES DE MI NIÑEZ, Y A LOS CUALES QUIERO Y LLEVO SIEMPRE CONMIGO AUNQUE A VECES NO LO DEMUESTRE.
Ya en casa, los padres animaban con sus palabras, para que el encanto de esa noche fuese especial, cena, y pronto a la cama aunque con pocas ganas de dormir, y las orejas desplegadas para intentar obtener el chirriar de alguna puerta o ventana, que confirmase la llegada de Los Magos con sus regalos. Al momento, el sueño y el cansancio dominaban sobre nuestros cuerpos terrenales, aunque el espiritu siguiese inmerso en la magia de la noche.
Ya de madrugada, el reloj biologico del día de Reyes, sonaba en mi interior para lanzar mi cuerpo fuera de la cama, y seguir hasta el salon donde el zapato que limpió la noche anterior mi madre, estaba oculto bajo los regalos, aunque como siempre, menos o distintos de los que yo pedi en carta escrita con anterioridad.
Ya en el día de Reyes compartia mis regalos con los vecinos y amigos, los cuales hacian los mismo conmigo, hasta la extenuación.
Hoy despues de tantos años, veo con claridad cual era el mejor regalo con el que me obsequiaron año tras año los Magos de Oriente, EL REGALO, SOIS VOSOTROS ALARENSES, ESTEIS DONDE ESTEIS, LOS AMIGOS DE ALAR DEL REY CON QUIENES COMPARTI LOS AÑOS MAS FELICES E INOCENTES DE MI NIÑEZ, Y A LOS CUALES QUIERO Y LLEVO SIEMPRE CONMIGO AUNQUE A VECES NO LO DEMUESTRE.
