Pero su trayectoria no ha sido precisamente una balsa de aceite. En 2002, adquirida por la multinacional United Biscuits, la empresa palentina se encontraba al borde de la quiebra con unas pérdidas acumuladas de más de 20 millones de euros. Su planta de producción de Aguilar de Campoo estaba diseñada en exclusiva para la producción de la clásica galleta tipo maría, un producto que sufría dificultades para competir en el mercado y cuya demanda había caído durante la década de los 90 más de un 50%.
