No se me olvidan los churumbeles de hielo que se forman ahí en el tunel en el invierno.
Cuando íbamos a Pola nos arrimábamos bien a la orilla de la pared, sobre todo cuando volvíamos al pueblo de noche, no había ni una sola luz salvo algún coche que pasaba, en la oscuridad se oía cuando se soltaba algún churumbel de esos y el golpe que daba en la carretera.
Cuando íbamos a Pola nos arrimábamos bien a la orilla de la pared, sobre todo cuando volvíamos al pueblo de noche, no había ni una sola luz salvo algún coche que pasaba, en la oscuridad se oía cuando se soltaba algún churumbel de esos y el golpe que daba en la carretera.