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PUENTE ALMUHEY: Hola a todos. A los poétas del foro, Libertad y M35,...

Hola a todos. A los poétas del foro, Libertad y M35, a Paco que nos sigue acompañando, al incombustible Miguel Angel, a Jesús que seguro que se asoma a menudo, a Fraga que a lo mejor se quedó sin ordenador, a todos los que de vez en cuando entrais y a los que no. A los que estaban antes y dejaron de escribir, y a Carlos, al cual imagino muy ocupado.
Y doy las gracias a Libertad por todos los retales de su vida que va desgranando por aquí. Y a los que dejan los tesoros guardados en los viejos álbumes de fotos, en este foro, para que los demás los disfrutemos.
Es un placer entrar aquí, sobretodo cuando en la calle reina el pesimismo, los problemas, la crisis y demás. Porque en estos sitios es donde se vé que ha habido tiempos infinitamente peores y la gente ha salido y seguido adelante, ¿verdad Libertad?. Así que me tomo esta página como un canto al optimismo de que todo lo malo pasa. Que nada dura eternamente y que tenemos testigos de ello. Cuando las cosas ya han rozado el fondo, no tienen otro remedio que volver a intentar volver a la superficie. Así que desde aquí soplo ánimos a los que nos léan que se sientan con la soga al cuello. Y doy las gracias a los que me han admitido como amiga en esta página, aún sin conocerme. Porque créo que lo que le hace falta al mundo es un poquito más de cariño y caridad. Con un poco que cada uno dejémos de mirarnos nuestro propio ombligo y nuestra propia cartera, esto sería más dulce de llevar.
Perdonad por el mitín, pero es que he estado escuchando todo el dia lo mal que nos va a ir todo. Y he estado viendo las caras tristes de la gente. Pero también pasé por una calle en la que oí a una dependienta que un hombre llévaba tumbado en un banco muchas horas, y de repente me sentí en un mundo cruel. Créo que nadie se había acercado a él por su aspecto desaliñado. Cuando oí el comentario, fuí donde el hombre, le toqué y le pregunté si estába mal y si necesitaba un médico.Ël no se movía, así que le tomé el pulso, y ví que lo tenía. Al sentir mi mano en su muñeca,él abrió los ojos, volví a repetirle si llamába a un médico y el me sonrio, me dijo que había bebido demasiado, pero que estaba bien. Le ayudé a incorporarse ante la atónita mirada de la gente que ni se acercaba. Después de preguntarle si necesitaba comer ó tomar algo caliente, me volvió a sonreir, se puso la mano en el corazón y me dijo: -No, pero gracias por preocuparte de mi. Y volvió a sonreirme.
Hoy me he sentido querida y pagada con una sonrisa franca y agradecida de alguien a quien probablemente no vuelva a ver más. Hoy he sentido también vergüenza por los que miraban. Hoy me he sentido humana.
Un abrazo para todos.