POZOS: Hombres y bueyes, con una amistad de siglos, penosamente...

Hombres y bueyes, con una amistad de siglos, penosamente iban arañando suelos empinados y escasamente productivos..... La Cabrera que yo conocí, junto al orgullo de sus montañas, eran parajes rotos; hondos y menudos arroyos; rocas desnudas; urces y álamos; caminos y fatigas; talentos a cielo raso; eran pueblos distantes que cubrían de manchas grises la crueldad del paisaje. Las casas construidas sobre la roca sostenían su débil estructura de piedras y barro, de sebes y adobes y se cubrían con tejados de paja o pizarra. Todo un tesoro para la inspiración de pintores y poetas, un lujo para el turista....... y todo un calvario para los hombres y mujeres de carne y hueso que debían vivir en su interior.....

Todo parecía el encanto de una vida feliz en el idilio del campo... pero la verdad cruda y dura residía en que hombres y mujeres tenían que encender las chimeneas a la hora en que cantan los gallos; y para vivir de un modo elemental, el sudor y la fatiga no cesaba casi nunca hasta la hora en que regresan las golondrinas......"

Alfredo Marcos Oteruelo