MANZANEDA DE OMAÑA: pandorado...

pandorado
Honra al maná de Omaña
La romería de Nuestra Señora reúne a cientos de feligreses en la procesión y posterior degustación de las ‘bollas’ de trigo

d. l. mirantes | león
16/08/2011

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No curaba la mies y apretaba el hambre en la Lomba cuando la gente de la esta raya de Omaña sacó a la virgen para que el cielo pusiera fin a la sequía que castigaba el alimento. Nuestra Señora atendió la súplica popular y mandó el agua que pedía el trigo. Creció tanto el cereal que el campo se volvió dorado y no hubo más falta de pan aquel año.

Concluye la leyenda que los vecinos del límite de Omaña, la Lomba y Villamor de Riello levantaron la ermita en honor a la Virgen de Pandorado y prometieron procesionarla fielmente cada año.

Cientos de fieles volvieron a cumplir ayer la promesa y escoltaron la imagen de la virgen, de apenas metro y medio de altura y más de siete años de antiguo, entre el santuario y Campodiós, donde, rodeada por la multitud y los 17 pendones de la comarca, fue honrada con los cánticos de los romeros.

Entre los rezos devotos de los congregados y los acordes de la dulzaina y el tambor, la virgen se recogió a su casa para presidir la santa misa en su honor y, un año más, cumplir con la tradición.

Antes de entrar al templo, la comitiva recorrió la pradera que rodea la iglesia en un acto corriente, pero cargado de significado. La Iglesia perdió el terreno aledaño al templo tras la desamortización de Mendizabal. Este espacio es hoy de titularidad privada, pero está acordado que la virgen pase cada año como gesto público de respeto a una tradición ancestral.

A pesar de las muchas nubes que aborregaban el cielo, su presencia no amenazó el encuentro y la fiesta se celebró con el calor propio del verano omañés. Sin embargo, para escapar al rigor de las altas temperaturas la misa se celebró dentro del templo y no en el campo como se había hecho en muchas otras ocasiones. Los feligreses pudieron contemplar el resultado de la restauración a la que ha sido sometida la nave central y el retablo, donde en el 2008 se descubrieron unos frescos del siglo XVII desconocidos hasta entonces.

Al final de la eucaristía los romeros dieron cuenta de las benditas ‘bollas’ de trigo, el pan dorado cocinado con las semillas que hizo crecer la virgen. A la puerta del templo, las castañuelas pusieron ritmo a los bailes regionales del Grupo de Danzas Aguzo, que animó la fiesta con cánticos típicos de la zona. Mediada la tarde los fieles abandonaron el santuario de Pandorado y se despidieron de Nuestra Señora «de hoy en un año».

http://www. diariodeleon. es/noticias/provincia/honra-ma na-omana 625629. html


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