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MANZANEDA DE OMAÑA: Allá voy

Conviene recordar la sabiduría contenida en algo que Albert Einstein dijo una vez: "si las abejas comenzaran a desaparecer, a la humanidad le quedaría pocos años de vida". Es inquietante el hecho de que en el mundo entero las colmenas están quedando vacías y las abejas están desapareciendo progresivamente, y siendo que el 80% de las especies de plantas tienen flores que dependen de las abejas para ser polinizadas. Sin abejas no habría ni frutas ni legumbres.

Las pequeñas abejas constituyen un eslabón fundamental en la cadena de la vida que quedaría rota sin ellas. Una de las funciones vitales de las abejas está en su participación activa en los procesos de regeneración del mundo vivo de las plantas. Este inmenso trabajo cíclico para la vida vegetal y las sociedades humanas hoy parece estar amenazado. En el último año ha habido una muerte masiva de abejas que está arruinando a gran parte de la industria apícola. En España han desaparecido más de 600 mil colmenas, en Estados Unidos más de un millón y medio de colonias han quedado vacías, en Alemania hay 25% menos colmenas y en Francia mil apicultores se ven obligados a abandonar su profesión cada año a causa de esta crisis.

Las abejas del mundo entero se están muriendo. Es un hecho terriblemente grave que amenaza la biodiversidad y la continuidad de la cadena alimentaria. Entre las causas de esta lenta desaparición, hay que destacar el papel de algunos plaguicidas tóxicos. Si actuamos rápidamente, la Unión Europea podría por fin prohibirlos.

Por vez primera, la Agencia Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) ha publicado un informe condenando el uso de estos plaguicidas (1) y poniendo en evidencia los riesgos que suponen para las abejas. Este documento confirma lo que los apicultores, ciudadanos y asociaciones vienen denunciando desde hace años.

Pero bajo la presión de la industria de los plaguicidas, las autoridades europeas podrían decidir no tomar en consideración el informe de la EFSA y evitar adoptar medidas contundentes, como la prohibición pura y dura de estos peligrosos plaguicidas neurotóxicos.

La Comisión Europea debe pronunciarse al respecto el próximo 31 de enero.

Nos quedan muy pocos días para reclamar a la UE que prohíba estos insecticidas. Es el momento de lanzar una gran movilización ciudadana en todo el continente para mostrar a la UE que esta vez ha llegado el momento de actuar para salvar a las abejas. Si los ciudadanos alzamos la voz por encima de los lobbys empresariales, podemos lograrlo.

Gracias por firmar y difundir esta petición.

(1) Plaguicidas clasificados como "neonicotinoides". Más información sobre el informe de la EFSA: http://esmateria. com/2

Allá voy